Llegó el gran día. El más esperado de la edición de este año del Concurs de Castells, una cita especial por dos razones. En primer lugar, porque se cumplen noventa años del primer Concurso de Tarragona, celebrado en 1932 y del que el universal músico vendrellense, Pau Casals, fue uno de los impulsores y presidente del jurado.
El concurso reunió ese año a 6.000 personas y a solo cuatro colles, la Vella y la Joves de Valls, y la Vella y la Jove de Tarragona. En segundo lugar, se trata de un encuentro esperado porque llega cuatro años después del último Concurs, celebrado el 7 de octubre de 2018 y en el que la Colla Vella de los Xiquets de Valls levantó el trofeo de ganadora.
Los vallensesrompían la hegemonía de los Castellers de Vilafranca que habían ganado las anteriores ocho ediciones consecutivas y parecía que entonces se abría una nueva etapa de dominio en el mundo casteller. Una hegemonía que la temporada 2019 sirvió para ratificar pero que la pandemia de la Covid-19 impidió que se consolidase con el Concurso previsto en 2020.
Ojalá ese ‘orgull tarragoní’ que hoy exhibiremos tan bien supiéramos extrapolarlo a más ámbitos
Cuatro años después, el primer éxito de la organización es la presencia de 41 grupos (la Colla Jove de Castellers de Sitges acabó renunciando a su participación cuando ya se había inscrito) cuando hace unos meses con el inicio de la reanudación había muchas dudas de si se podría repetir el número de participantes, ya que el retorno a la actividad ha sido especialmente complicado con niños que comenzaban de cero o un retorno lento y progresivo de la masa castellera, tanto en los ensayos como en las diadas.
Pero independientemente de lo que suceda hoy, de quién gane y quién pierda, hoy ganamos todos como territorio. Tarragona vuelve a ser escaparate a nivel mundial de un espectáculo único, basado en el trabajo en equipo, en fer pinya y en valores como el esfuerzo y la constancia. Ojalá ese ‘orgull tarragoní’ que hoy exhibiremos tan bien supiéramos extrapolarlo a más ámbitos.
