ERC y el PSC escenificaron ayer el acuerdo al que llegaron después de tres meses de negociaciones para aprobar los Presupuestos de la Generalitat, que contarán también con el apoyo de los Comuns. En las discusiones jugó un papel importante el territorio, toda vez que el proyecto de Hard Rock estuvo muy presente, hasta el punto de que existe el compromiso de aprobar este año el plan urbanístico, aunque en los Presupuestos no aparecerá dotación económica alguna para este asunto.
En líneas generales, serán las cuentas «más elevadas de la historia», como presumió ayer el president, Pere Aragonès, al alcanzar la cifra de 41.015 millones de euros. A primera vista, destacan importantes aumentos del gasto –o de la inversión– en asuntos tan trascendentales como la sanidad –con un fuerte incremento para la atención primaria, endémicamente infrafinanciada–, la educación, los servicios sociales o el impulso de la industria y, por tanto, de la creación de empleo.
Que partidos diferentes hagan renuncias y lleguen a acuerdos en pos del bien común es un buen punto de partida
El hecho de que haya nuevos Presupuestos que sirvan para hacer frente a la actual situación, muy diferente de la que había el año pasado, es, de entrada, una buena noticia, como lo es todo lo que represente una mayor estabilidad. También hay que valorar de forma positiva el hecho de haber alcanzado un acuerdo, a pesar de las diferencias que separan a Esquerra y a los socialistas.
Ambas partes han incidido en que se trataba de anteponer el interés de toda la ciudadanía a cualquier otra circunstancia, un principio fundamental que debería marcar siempre la agenda de los políticos y dejar de ser una excepción. No obstante, tanto el president Aragonès como el líder socialista, Salvador Illa, han aclarado que se trata de un acuerdo puntual para sacar adelante unas cuentas de gran importancia para Catalunya, negando que vaya más allá. En todo caso, que partidos con visiones e intereses diferentes hagan renuncias y lleguen a acuerdos en pos del bien común es un buen punto de partida.
