Cada 11 de febrero, el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha que sirve para recordar el enorme desafío pendiente en la incorporación de las mujeres en los estudios y profesiones STEM (acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). A pesar de los avances logrados en algunas áreas científicas, el sector tecnológico y de ingeniería sigue mostrando cifras preocupantes en cuanto a la participación femenina. Esta brecha afecta el desarrollo profesional de miles de mujeres y empobrece al país. Si bien en disciplinas como biología y matemáticas la presencia de mujeres es mayoritaria o casi paritaria, la situación cambia radicalmente en carreras como ingeniería e informática, donde las alumnas aún son una minoría.
Por tanto, no es sorprendente que, cuando llega el momento de elegir itinerario, la presencia de las chicas en estas ramas se desploma. En la universidad, las mujeres representan el 54% del alumnado general, pero su presencia cae drásticamente en ingenierías y arquitectura. Esta diferencia no responde a falta de capacidad, sino a estereotipos limitantes y falta de referentes femeninos en estos campos. Unos estereotipos que se reproducen en sociedades a priori «feministas y ricas» como son los países nórdicos. El problema no se limita a la educación, va más allá. Es como un bloqueo de inicio que no se solventa con con iniciativas puntuales o campañas de concienciación. Algunas medidas que pueden tomarse tienen que ver con una educación temprana sin sesgos, eliminando estereotipos de género en la educación científica y tecnológica. Una acción eficaz puede ser mostrar más referentes femeninos en estas áreas y promover la visibilidad de mujeres en STEM a través de mentorías, charlas y campañas en colegios e institutos. Pueden y deben generarse más incentivos para la igualdad, como becas y ayudas específicas para mujeres en ingenierías e informática, además de fomentar la contratación de graduadas en empresas tecnológicas. Por ello el Diari de hoy les da una visualización especial. Mujeres piloto, enólogas, mujeres en las ciencas como la gran Rita Levi-Montalcini, o las ocho mujeres que cambiaron la farmacopea. El 8M no es un día, es una actitud y un compromiso.