El transfuguismo y la imagen de la política

22 septiembre 2023 19:18 | Actualizado a 23 septiembre 2023 14:00
Álex Saldaña
Comparte en:

Hay muchos nervios en la clase política española. Mucha tensión y mucha crispación, que afortunadamente no se ha trasladado a los ciudadanos, siempre mucho más cabales que sus representantes. Pero ni siquiera esa enconada y tan desesperada lucha por el poder –porque al final se trata de eso– lo justifica todo.

En este sentido, el llamamiento que sin pudor alguno están realizando algunos líderes del Partido Popular al transfuguismo, con la esperanza de que algún diputado socialista no apoye a Pedro Sánchez, es muy preocupante.

Sí, hay ‘populares’ que no ocultan su deseo –incluso lo solicitan– de una repetición del ‘tamayazo’, aquella vergonzosa abstención de los parlamentarios del PSOE Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez que derivó en la investidura fallida del socialista Rafael Simancas en la Asamblea de Madrid en 2003 y que llevó a nuevas elecciones.

Es el transfuguismo una de las prácticas que más daño hace a la democracia y a la imagen de la política a los ojos de los ciudadanos. Es aquello que tan bien retrató el siempre genial Groucho Marx con su memorable frase «estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros». Y es que estos repentinos cambios de camisa suponen una traición a los votantes que han depositado su confianza en los cargos que han elegido porque –mientras no haya listas abiertas– se presentaron a las elecciones bajo las siglas de tal o cual partido.

El hartazgo y la desafección que los ciudadanos sienten hacia la clase política ya es lo suficientemente grande –y grave– como para acentuarla incentivando aún más el juego sucio. Los que aspiran a gobernarnos deberían saber que el 90% de la población está harta de tanta crispación y que ni en política, como ni en el amor ni en la guerra, vale todo.

Comentarios
Multimedia Diari