El 8 de marzo, con motivo de los 50 años de la muerte de Benjamín de Arriba y Castro, el Diari dio cumplida reseña del aniversario del último cardenal de Tarragona con artículos de Rafael Muñoz, Lluís M. Moncunill, Francesc Basco y Joan Boronat.
Asistí a la brillante conferencia que dio Mn. Joaquim Claver sobre la relación del prelado con la parroquia de Sant Pau, donde fue enterrado el día 12. En el presbiterio hay una lápida que le recuerda.
La iglesia se construyó en los cincuenta en medio de terrenos de cultivo del extrarradio, adelantándose a las necesidades pastorales de lo que iba a ser centro ciudadano.
Y fue muestra de la devoción paulina del cardenal, que escribió en su epitafio: «Pau m’hauria bastat, tot sol, per creure en Crist».
