Alos nueve años Giorgia Meloni era una niña que pesaba 65 kilos y sufría el rechazo de sus compañeros. A los 45, tras una rápida carrera política, se ha convertido en la primera jefa de gobierno de Italia.
De pequeña, cuando el padre abandonó el hogar y se fue a Canarias, era admiradora de Mussolini (precisamente este año se cumple el centenario de la Marcha sobre Roma), pero después ha pasado página del fascismo y ella se considera de centro-derecha, aunque toda la prensa la califica de ultraderechista.
Defensora, al menos teórica, de los valores familiares, tiene un hijo de seis años con un periodista con el que no se ha casado.
Goza de amigos políticos: Le Pen, Orbán, Abascal... y se apoyará en Salvini y Berlusconi... mientras el amor dure.
