Lo único aceptable de estos días es poder ver viejas películas encerrados en casas mientras zumba el aire acondicionado, el ventilador y la nevera. Todo zumba. Ya no zumban las abejas, pero zumban los electrodomésticos. Hablo con mi televisión y le pido «cine argentino» porque cuando no sepas qué hacer, una película argentina seguro te sorprende. A falta de medios, los argentinos tienen ingenio y buena prosa. Entre la oferta me encuentro con El secreto de tus ojos y decido volver a verla. Ricardo Darín es nuestro James Stewart, siempre digno, siempre defendiendo las causas justas, siempre íntegro. En un momento del film dice: «El ‘pero’ es la palabra más puta que conozco-. ‘Te quiero, pero...’; ‘podría ser...pero’, ‘no es grave, pero...’. ¿Se da cuenta? Una palabra de mierda que sirve para dinamitar lo que era, o lo que podría haber sido, pero no es». «Pero» es el recurso del cobarde, del pudoroso, del pusilánime. He vivido una semana llena de «peros...». «Te quiero, pero...» y una retahíla de excusas, de justificaciones, de razones muy razonables y razonadas. Una semana de mierda, como lo es la palabra. Al final he decidido eliminar la conjunción de mi vida. Sólo me falta aniquilar los puntos suspensivos...
Pero...
17 agosto 2024 20:22 |
Actualizado a 18 agosto 2024 07:00
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