El racismo y el clasismo, dos formas de discriminación basadas en prejuicios carentes de fundamento, dan pie a menudo a situaciones extravagantes y estrambóticas que reflejan la pobreza moral de quien se cree superior.
Es lo que ha sucedido en un pueblo del sur de India, cuyos habitantes ‘purificaron’ una fuente pública con orina de vaca después de que una mujer perteneciente a la marginada comunidad dalit o ‘intocable’ bebiese agua de esa fuente.
El hecho se produjo cuando una familia dalit celebraba una boda. Una mujer que pertenece a esta comunidad bebió agua de una cisterna pública, tras lo que otros habitantes del pueblo de una casta más alta –ya ven que la altura no tiene nada que ver con tener unos valores más elevados– vaciaron completamente la fuente y la limpiaron con orín de vaca, además de amonestar a la mujer.
Al menos, el incidente ha generado una oleada de indignación en aquel país, cuya Constitución abolió en 1950 el sistema de castas y cuenta con una ley que castiga los insultos contra los miembros de las clases más bajas.
Sin embargo, los dalit aún se encuentran en el escalafón más bajo del jerárquico sistema de castas hindú, y son considerados impuros. En las zonas rurales, sus viviendas se sitúan en las afueras, y se les prohíbe el acceso a pozos o a los templos. Sí, como en tantas otras cosas, la ley ha evolucionado, pero no lo han hecho muchas personas que, en base a no sé qué criterios, se creen superiores a otros seres humanos. En fin...
