Siempre he dicho que este país está lleno de gente buena. Y lo demuestra cada vez que llegan dificultades, algo que, por cierto, cada vez pasa con mayor frecuencia. Sí, es en estos momentos cuando salen a relucir gestos solidarios cargados de empatía y generosidad. Como el del dueño de ese asador de pollos de un pueblo de Almería que ha querido aportar su granito de arena para luchar contra los estragos económicos que está provocando la crisis y hace unas semanas colocó una pequeña mesa acompañada por un cartel que deja pocas dudas: «Si lo necesitas, cógelo».
Patxi Ramón, que así se llama esta buena persona, cuenta que la iniciativa surgió a raíz de que un hombre del pueblo, un albañil, se presentó en su local un día «llorando, pidiéndonos que le diéramos algo de comer porque no tenía nada».
Automáticamente, Patxi encendió los fogones y le hizo una tortilla de patatas. «Me cabreé tanto que, sin contar con nadie, saqué la mesa y empecé a poner comida encima para el que la necesitara».
El cartel de la pequeña mesa insta a no coger nada en caso de disponer de recursos, algo que, asegura el dueño del asador, respetan los vecinos. «La gente está siendo muy cívica, muy humanitaria. Incluso nos compran pollos y ellos mismos los ponen en la mesa. Nadie se está llevando un pollo por la cara», afirma rotundo. Lo dicho, este país está lleno de gente buena.
