Cambio de viento

21 junio 2022 11:10 | Actualizado a 21 junio 2022 11:13
Juan Ballester
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Escritor y editor afincado en Tarragona, autor de obras como ‘El efecto Starlux’ y, más recientemente, ‘Ese otro que hay en ti’. Impulsor del premio literario Vuela la cometa.

La sentencia del jurado popular declarando que Amber Heard miente más que habla ha causado un gran impacto en la sociedad americana que se ha formulado muchas preguntas sobre los límites de lo políticamente correcto
Es una incógnita la repercusión de este culebrón. Solo ha servido para echar más leña al fuego. De momento Brad Pitt demandará a Angelina Jolie

El título de esta tribuna no apta para menores, Johnny got a gun, coincide con el de una novela antibelicista de 1939 que el mismo escritor llevó al cine como guionista y director treinta y dos años después, en 1971. Está inspirado en el primer verso de una canción americana de 1913 que animaba a los jóvenes estadounidenses a alistarse.

Así que se trata de una ironía pues el soldado Johnny regresa de la Primera Guerra mundial sin brazos ni piernas, ni huele ni detecta sabores ni entiende que es su novia quien le escribe letras en su pecho; está ciego, sordo y mudo. Un hombre sin rostro reducido a un torso viviente.

Amber Heard y Johnny Deep se conocieron durante un rodaje en 2009 y vivieron una historia de película. Al principio, todo era perfecto, la pareja tenía una vida feliz y se casaron en 2015; pero, quince meses después, Amber, pidió el divorcio y acusó a Johnny de haberla golpeado.

La bella y joven actriz de ‘Aquaman’ aseguró que el actor de ‘Piratas del Caribe’ tenía un problema con el alcohol y las drogas y se convertía en un monstruo violento cada vez que consumía. Tanto Johnny, el soldado de la película, como Johnny Deep, sintieron lo mismo: «Mi vida y la de mi familia se fue al traste en un abrir y cerrar de ojos».

Es una incógnita la repercusión de este culebrón. Solo ha servido para echar más leña al fuego. De momento Brad Pitt demandará a Angelina Jolie

Johnny (Deep) cogió su fusil e, invocando el nombre de sus hijos, se fue a la guerra de la verdad en el país donde se originó la dictadura de lo Políticamente correcto. Demandó civilmente a su exmujer por injurias cuando The Sun le llamó ‘el actor golpeador de esposas’.

La jueza ha dicho que luz y taquígrafos permitiendo que la vista se retransmitiera en vivo con la cámara captando planos cortos. Y menos mal que ambos son buenos actores y él ha sabido qué cara poner, con algún bajón, mientras ella relataba dramáticamente cómo la violó salvajemente metiéndole una botella.

Las expectativas de los dos Johnny cuando fueron a la guerra no distaban mucho y podía pensarse que el de carne y hueso no iba a salir mejor parado que el de la novela.

Este, tras varios años clavado en la cama, consigue comunicarse con el ejército por medio de código Morse, moviendo mediante ligeros espasmos la cabeza hacia delante y hacia atrás. Suplica que lo maten y expongan en un ataúd de cristal para convertirse en una atracción de circo.

Jamás volverá a actuar, auguraban los más optimistas cuando empezaron a cancelarle contratos. Los más apostaban a que le mutilarían las piernas y los brazos, le borrarían la cara y terminaría como el de la novela cantando con su último aliento: SOS, help me.

Los hechos más verosímiles son que cuando el matrimonio discutía y él se quería marchar, ella le pegaba para retenerlo y, aunque Johnny Deep conserva las cuatro extremidades, el mayordomo encontró en la encimera un trozo de dedo que le seccionó la actriz.

En el juicio ha salido mierda a punta pala y el chófer declaró que Amber le dejó un regalo a su marido en la cama, aunque ella dijo que la boñiga era de los dos Yorkshire terriers, Boo y Pistol, que se habían comido la marihuana de Deep y quería meterlos en el microondas.

Parecen que Amber sufre varios trastornos de la personalidad y comenzó a injuriar a Johnny e intentar destruirlo dolida porque, cuando lo abandonó, no le molestó bastante. Del amor al odio solo hay un paso y a pesar de la extraña forma que tiene de demostrarlo, sigue enamorada de él, según manifestó.

La sentencia del jurado popular declarando que miente más que habla ha causado un gran impacto en la sociedad americana que se ha formulado muchas preguntas sobre los límites de lo Políticamente correcto. Amber Heard and the death of #MeToo, decía el New York Times.

Han reflexionado sobre si, en el necesario amparo de la mujer para atajar la lacra insoportable de la violencia doméstica, es lícito escupir falazmente sobre la reputación de inocentes, pues es hacerlo directamente a la cara de aquellas que verdaderamente la sufren y no suelen salir en los shows.

A su manera, se han cuestionado si el poco democrático ‘derecho penal del enemigo’, vulnerando principios y derechos constitucionales como la presunción de inocencia, es el adecuado para resolver la delicada cuestión.

La sentencia del jurado popular declarando que Amber Heard miente más que habla ha causado un gran impacto en la sociedad americana que se ha formulado muchas preguntas sobre los límites de lo políticamente correcto

Muchas mujeres han empatizado con el martirio sufrido por Johnny que ha representado a los norteamericanos condenados a un calvario por las acusaciones infundadas de una pareja que abusa de su impunidad. Concretamente en una proporción de 15 a favor de Johnny contra 8 a favor de Amber. Dior fue la única marca que no lo abandonó y ahora huele a Eau Sauvage por todas partes.

Es una incógnita la repercusión de este culebrón. Solo ha servido para echar más leña al fuego. De momento Brad Pitt demandará a Angelina Jolie. Pero a Johnny Deep le han compensado con 15.000.000 $ y, restaurando su honra. «El jurado me ha devuelto la vida», ha dicho. Hemos descubierto que al soldado Johnny le quedaba al menos algo de cintura. Porque ha saltado de la cama con una sacudida de cadera y aunque ha caído boca abajo, es lo más emocionante que le ha pasado en mucho tiempo.

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