El Vot de Poble, el compromiso que Reus tomó a perpetuidad para dedicar a Misericòrdia una fiesta en reconocimiento de la intercesión que se le atribuye durante el bombardeo sobre la ciudad dirigido por el general Zurbano, en 1843, alcanza los 180 años. El Santuari conmemoró ayer esa efeméride, que coincide con la celebración de la Santíssima Trinitat, a través de un «recuerdo agradecido» en el templo.
El prior, Joan Antoni Cedó, señaló que «el 11 de junio de 1843», la fecha del cese de la ofensiva, «Reus tuvo la capacidad de tomar caminos de paz para que aquí se pudiera vivir y convivir». Y llamó a «hacer memoria» de un episodio en el que «dos mujeres, sor Lluïsa Estivill y su novicia Maria Rosa Molas, tuvieron un protagonismo destacado».
Y es que, en detalle, el Vot de Poble evoca el relato del pronunciamiento del general Prim contra Espartero, contrarrestado por las tropas del ejército comandado por el general Zurbano que bombardearon Reus durante horas dejando un centenar de heridos. Lluïsa Estivill, abadesa del convento que atendía a los enfermos, y Maria Rosa Molas formaron parte de la comisión que cruzó las líneas del sitio y facilitó un acuerdo.
El día de los hechos, la imagen de la Mare de Déu de Misericòrdia estaba en la Prioral. La población se refugió en la devoción y le rezó para pedir ese alto el fuego que acabó produciéndose.
Cedó destacó ayer que «en la resolución de los hechos, siempre debe haber quien asuma la responsabilidad y mujeres de dos comunidades que son referencia en Reus lo hicieron». «No perdieron la paz al cruzar la línea roja porque la llevaban bien arraigada y propiciaron que parase el bombardeo pactando con el mismo Zurbano», añadió.
El prior animó a «asumir el testimonio de ese compromiso firme, de la fidelidad hacia la ciudad», así como «valorar la importancia de que siempre haya quien construya puentes y emprenda el diálogo, también en momentos de ruptura, como Reus hizo aquel día», ahora que «igual que en tiempos de esas dos mujeres, hay sitios históricos a la convivencia». Y recordó que «cuando llegó la pandemia, el Santuari cruzó el sitio y permaneció siempre abierto».
Por la lluvia y el futuro gobierno
En el transcurso de la misa, Cedó también tuvo unas palabras para «pedir a Dios la lluvia, la gracia para la buena gestión del agua y que la austeridad sea el estilo de vida». Y reservó un instante de oración «por nuestra ciudad y para quien en el futuro inmediato asumirá la responsabilidad del gobierno». El alcalde en funciones, Carles Pellicer, firmó en el libro de honor y el Cor DaCapo cerró el acto.
