Mes y medio después del incendio que afectó a todo el número 47 de la avenida del Cardenal Vidal i Barraquer, el Ayuntamiento de Reus ha revisado la situación de los vecinos que necesitaron un alojamiento de emergencia y que vivían desde entonces en el Hotel Gaudí. Se trata, según los datos municipales, de 41 personas que no disponían de una alternativa en la que instalarse mientras el edificio recuperaba el suministro eléctrico y el de agua para habilitar sus pisos y volver a casa. Serveis Socials se hará cargo de dos de las familias. Para el resto, hoy, 15 de marzo, fue la fecha límite para abandonar el hotel. La mayoría ya han podido regresar a sus domicilios.
En detalle, fuentes municipales consultadas al respecto precisan que «el Ayuntamiento dio una solución colectiva a las 41 personas afectadas por el incendio que lo requirieron», a las que se reubicó en el Hotel Gaudí. Ahora, pasadas unas semanas, «el Ayuntamiento ha hecho un análisis individual de cada caso para determinar si cumplen los requisitos de Serveis Socials para optar a una solución habitacional». Y, «finalmente, los equipos técnicos de Serveis Socials han determinado que dos familias cumplen los requisitos y se les continuará prestando alojamiento temporal, a la vez que se hará un seguimiento de su situación», tal como especifican las mismas fuentes.
Paralelamente, «el Ayuntamiento se ha puesto en contacto con la comunidad de propietarios del bloque afectado para pedirles que agilicen los trámites para acabar las obras lo más rápido posible». Los suministros ya funcionan.
Hace pocos días, en declaraciones al Diari, los vecinos, ya con el límite del 15 de marzo, reclamaban un sitio en el que hospedarse y lamentaban que «no se nos ha prestado ayuda psicológica». Y es que las escenas que afrontaron algunos el día del incendio fueron duras.
Luis Garrido, uno de los residentes en el bloque, relató entonces a este rotativo que «yo estaba viendo la tele en mi casa y, de pronto, se llenó de humo negro y caliente, y eso que es la cuarta planta». Él resultó el herido más grave, que fue trasladado al Hospital Vall d’Hebron para recibir atención por las heridas. «No podía respirar, abrí la puerta del rellano y vi las llamas. Me metí vestido en la ducha, cogí un gorro de lana que encontré por ahí, lo mojé, me lo puse en la nariz y la boca y salí de casa», explicó. «Me tiré por un tramo de escalera, por otro... Creí que iba a morir y, cuando caí en el segundo piso, vi una chaqueta amarilla y era un bombero que me asistió», señaló.
