La tarea de normalizar la vida tras sufrir un infarto

Ejercicio físico y educación sanitaria. La Xarxa Santa Tecla ha estrenado esta semana la nueva Unitat de Rehabilitació Cardíaca, ubicada en el CAP Llevant

01 febrero 2023 09:41 | Actualizado a 08 marzo 2023 08:41
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Para Estefanía, Jordi y Basile, el lunes vivieron un día importante. Fueron los primeros pacientes que estrenaban la nueva Unitat de Rehabilitació Cardíaca de la Xarxa Santa Tecla, ubicada en el CAP Llevant. Los tres protagonistas de esta historia tienen en común que han sufrido un infarto en los últimos meses y que, ahora, tienen el propósito de recuperar su vida. La nueva unidad les permitirá escapar de ese miedo que se siente tras vivir una situación como la suya.

La rehabilitación cardíaca es una actividad que persigue, entre otros fines, que el paciente que han sufrido un infarto agudo de miocardio pueda recuperar lo antes posible su estado previo para poder llevar una actividad diaria normal. «Es un programa multidisciplinar y multicomponente, con muchos implicados», explica el cardiólogo y coordinador de la unidad, Fernando Domínguez, quien añade que «los pacientes que empiezan ahora no tienen ninguna limitación física para entrenar. La intención es que mejoren la capacidad funcional, para que cada vez se vean más capaces de hacer ejercicio físico». Domínguez insiste en que «debemos quitarles el miedo, que vean que pueden volver a tener una vida completamente normal». Para el coordinador, otra de las virtudes de esta unidad es que los pacientes socialicen con otras personas que les ha pasado lo mismo. «Que no se sientan solos en este proceso», añade.

Los tres primeros pacientes de la unidad fueron Estefanía, Jordi y Basile. Estefanía es vecina de Vila-seca y, en agosto, cuando faltaban dos días para cumplir los 41, un dolor en el pecho y en los brazos le cambiaron la vida. Había sufrido un infarto. A las dos se la llevaban en ambulancia y a las cuatro ya le habían hecho un cateterismo. Jordi, de El Vendrell y de 49 años, se notaba cansado desde hacía días. En su caso, el síntoma de alerta fue un fuerte dolor de estómago. Basile sufrió un infarto hace 26 días. Dice estar desanimado y tiene la esperanza de que estas sesiones de rehabilitación sean un chute de energía para él.

En los tres casos fue el cardiólogo quien les recomendó participar en este programa. El primer paso es que el doctor de Medicina Esportiva visite al paciente para pautar los entrenamientos. «Después, el gran peso de la unidad la llevan la enfermera y la fisioterapeuta», explica el coordinador del servicio, Fernando Domínguez.

El programa se divide en dos. Por un lado, la parte de ejercicios físicos y, por el otro, la de la educación sanitaria y apoyo psicosocial. «Es muy importante que los pacientes tomen consciencia de los malos hábitos que les han llevado hasta aquí y que lleven un control de los factores de riesgo, como el colesterol, el azúcar o la tensión», explica Mònica Berguedà, responsable de enfermería de la unidad, quien añade que «mi propósito es que los pacientes lleven un estilo de vida saludable». La dieta es una de las principales preocupaciones de aquellos que han sufrido un problema cardíaco. Además, Berguedà también hará una especie de seguimiento de los enfermos una vez estos terminen el curso, «para que no se sientan abandonados». El programa dura dos meses.

La segunda parte de las sesiones se centran en el ejercicio físico. «Calentamos, entrenamos brazos y piernas y hacemos más de 30 minutos de bici, siempre monitorizados», explica Núria Serra, fisioterapeuta de la unidad. «La idea es enseñarles para que en un futuro puedan ser autónomos, y puedan hacerlo solos en sus casas», añade Serra.

«Les damos la caña, no el pez»

En esta línea, el coordinador de la unidad, Fernando Domínguez, insiste en que «este programa da conocimiento a los pacientes, les damos la caña y no el pez. Aquí aprenderán como deben alcanzar sus objetivos y, sobre todo, mandarles el mensaje de que no es difícil ni peligroso, solo se necesita constancia». Por el momento, los pacientes que han entrado al programa han sufrido un infarto, pero se prevé que en un futuro se incorporen personas con otras patologías cardíacas, como insuficiencias, arritmias o hipertensiones pulmonares.

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