La Subhasta, una bella postal para deleitarse

Paraíso. Lourdes Núñez es una mujer con estrella que hace cuatro años puso toda la carne en el asador para crear un chiringuito único

28 mayo 2022 17:00 | Actualizado a 28 mayo 2022 17:06
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El paraíso existe señores, y está en L’Ametlla de Mar. Un bello rincón donde el tiempo parece detenerse, donde el agua es cristalina, lejos de masificaciones, donde se alza un pequeño puerto en desuso en el que un antiguo faro es testigo de tiempos mejores, donde una lengua de mar penetra en una tierra rodeada de naturaleza. Hablamos de la Platja de l’Estany. Y en un lugar tan magnífico solo puede haber un chiringuito a la altura, y de esto se encarga Lourdes Nuñez, una mujer con estrella que hace justo cuatro veranos puso toda la carne en el asador y empezó un proyecto del que nos beneficiamos todos. Pero Lourdes no es una extranjera en el puerto de l’Estany, ya que a escasos metros del chiringuito faenaba su abuelo Alejandro durante toda una vida, un pescador de esos de los que hablaba Hemingway; transmitiendo su conocimiento a las siguientes generaciones para que pusieran en práctica todo el legado de cocina tradicional marinera a la mesa.

El chiringuito, de nueva factura, está hecho íntegramente de madera, decorado con exquisito gusto, mostrando todos los fogones; ya conocen el dicho: «cocina a la vista, cocina de artista». Prácticamente encima del agua nos atiende un equipazo de personal, siempre con una sonrisa en los labios y dispuesto a ayudarte en lo necesario. Como la cocina es de proximidad y seleccionan el producto según lo que ofrezca la lonja de L’Ametlla, nos encontramos con una carta cambiante, traducido en su ‘famosa’ pizarra donde escogemos los platos del día, elaborados por el chef Arturo Subirats, un fuera de serie de la cocina marinera.

El ‘poti poti’

Empezamos el espectáculo con su famoso poti poti, una bandeja de gran tamaño en la que encontramos los mariscos más representativos del Delta: mejillones, navajas, berberechos y almejas; aderezados con un romesco casero de receta ancestral. El segundo de los entrantes fue un carpaccio de atún con D.O. Balfegó, del que poco se puede decir que no se haya dicho; por algo se trata de la mejor marca de atún que se puede encontrar en el mercado y a más inri son de casa.

Y para el plato principal hay que ponerse en pie. Arroz con castanyons. Un manjar de esos que recuerdas durante mucho tiempo. Elaborado con un fumet casero que preparan a diario con pescado fresco, que resalta por su sabor junto a los castanyons, unas pequeñas sepias autóctonas famosas por su paladar exquisito.

Los postres, como no puede ser de otra forma, también están elaborados en la maison, una tarta de queso cremosa con frutos rojos y base de galleta; y unas trufas de cacao ideal para los amantes del chocolate puro. Por entorno, por cocina, por servicio y por calidad hagan el favor de apuntarse su número en la agenda.

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