El Mausoleo romano de Centcelles.....Primer error (o no) que muchos ciudadanos cometen a la hora de referirse al conjunto arquitectónico del final de la era romana en Tárraco, entre los siglos IV y V d.C. Con los nuevos descubrimientos de los arqueólogos, no hay una certeza absoluta de la finalidad para la que se construyó este monumento.
Pero no es el único enigma que se cierne sobre esta joya histórica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco dentro del conjunto de Tárraco. ¿Quién habitó este espacio?, ¿qué significado tiene muchos dibujos del mosaico de la cúpula del edificio principal? o ¿con qué finalidad se construyó?
Son interrogantes que a día de hoy se plantean sobre este monumento situado a un kilómetro del núcleo urbano de Constantí. Y estos y otros misterios se ponen en valor cada último domingo de mes en la visita guiada al recinto, L’enigma de Centcelles. Una docena de visitantes se apuntaron a la de ayer, que siguieron las explicaciones de Sara Rovira, licenciada en Història de l’Art y que hizo de guía.
Zona fértil
Tarraco era la capital de Hispania Citerior. Contaba con entre 30.000 y 40.000 habitantes. Los romanos siempre buscaban una zona fértil, que en este caso se situaría en Constantí, al lado del río Francolí por sus condiciones hídricas. Aquí cultivaban cereales, aceite y vino, como lo demostrarían los silos que hay debajo del conjunto histórico.
Pero hay un gran misterio sobre el edificio. Los primeros arqueólogos –alemanes que realizaron excavaciones en Centcelles en los años 60– lo tenían claro: el edificio era un mausoleo. Pero decenios más tarde, otros estudiosos han apuntado en otra dirección, principalmente porque si hubiera sido un mausoleo se hubieran encontrado restos humanos. Para estos otros expertos, era una centro de mando militar.

La zona estaba en declive y recibía muchos ataques. Desde Roma se enviaron miles de soldados (muchos de ellos mercenarios) para luchar. Eran las legiones Comitatenses que, según algunos historiadores, acampaban en esta zona.
El edificio principal podría haber sido la cámara del tesoro, una especie de caja fuerte donde se guardaban las monedas para a los soldados, custodiada y sagrada. Y anexo al edificio principal hay otro espacio donde solo podían entrar los militares de alto rango y donde, por ejemplo, se guardaban los estandartes.
¿La casa del comandante?
En una zona anexa se conservan los restos de una casa, en la que posiblemente vivía el comandante con su familia, con su baño privado. También se pueden ver los restos de un sistema termal parecido al de la Vil·la dels Munts, en Altafulla, donde los esclavos calentaban el agua en una caldera.
Y para interrogantes la sala de la cúpula, que es la más bonita y que cuenta con los restos del mosaico original. En una parte hay diversos personajes, pero se desconoce de quién se trata. Algunos historiadores apuntan a que el del centro, el destacado, podría ser el hijo del emperador Constantino.
Ayer, el grupo se acercó al Pont de les Caixes, situado a unos 10 minutos del recinto romano. Este acueducto inicialmente se creía que era de la época medieval. Pero en el año 2008, a raíz del derrumbe de una parte del puente medieval –siglo XIV–, se vio que era romano. Tiene aproximadamente sesenta metros de largo. Se cree –otra incógnita– que podría haber servido para llevar agua a Centcelles.
Entre el grupo de visitantes de ayer estaba Yago Selva. Amante de la historia, aprovechó la mañana soleada para acudir a Centcelles con su esposa Nereira Mendoza y sus hijos Alejandra y Jorge. Ha visitado todos los monumentos romanos de Tarraco excepto el teatro romano. Incluso ha ido a Els Munts. De la visitaba destacaba dos aspectos: el mosaico de la cúpula del edificio principal y el misterio que todavía rodea a este complejo.
Los que no hayan realizado esta visita se volverá a hacer cada cuarto domingo hasta junio. El precio de la entrada es de cinco euros, excepto para los niños de menos de cinco años, que no pagan. Se puede reservar por internet –en la web www.mnat.cat– o bien acudir directamente al complejo los domingos que se realizan la actividad si hay plazas (está limitado a 30 personas). Podrán adentrarse en los enigmas que encierra el conjunto romano.