Accidente en Tarragona: La farola que les salvó la vida

Relato de una tarde de Nàstic en el VirgisBar. En el minuto 80 de partido, un coche se estampaba contra la terraza de un bar de la avenida Ramón y Cajal. El conductor del vehículo dio una tasa de alcoholemia de 0,60 mg/l

30 enero 2023 20:22 | Actualizado a 31 enero 2023 07:00
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Una pandilla de amigos quedó el domingo en un bar del centro de la ciudad para ver el partido de fútbol entre el Intercity y el Nàstic. Una práctica habitual que sigue este grupo de colegas, cuando el equipo grana juega fuera de casa y no pueden ir al Nou Estadi. Ese día, decidieron ir al VirgisBar, ubicado en la avenida Ramón y Cajal con esquina Alguer. El establecimiento ha abierto hace dos meses y, el pasado domingo, era el primer día que lo hacía en fin de semana. El motivo era el Nàstic. Lo que no sabían ni el grupo de amigos ni el resto de clientes que estaban allí es que ese partido les quedaría para siempre grabado en su memoria.

Todo ocurría cuando se llegaba al minuto 80 de partido, pasadas las seis y media de la tarde. Un vehículo irrumpía en escena y se estampaba contra la terraza del VirgisBar. La farola que hay justo en medio de las mesas y sillas consiguió parar el coche y el golpe, impidiendo que este arrollara el resto de personas que había en la terraza. Quienes se llevaron la peor parte fueron Roger y su novia. «De repente escuchamos unas ruedas chirriando. Apenas nos dio tiempo de girarnos. Ya teníamos el coche encima», recuerda Roger Fernández. Su pareja sufrió un golpe en la espalda y, después de ser atendida por los servicios del SEM, fue trasladada al hospital Joan XXIII. Al otro lado de la terraza se encontraba Lídia, quien quedó en estado de shock al ver la situación. «Si no es por la farola, se nos lleva a todos por delante», explica.

Desde el interior del bar, los hechos se vivieron así: «Escuchamos lo que parecía una fuerte explosión. Unos clientes con sus hijos, incluso entraron dentro del lavabo para refugiarse», explica Eduard Virgili, propietario del VirgisBar. Y sigue el relato: «La luz de la farola se apagó, la calle quedó a oscuras y solo se veía humo blanco del coche». Cuando Virgili levantó la cabeza vio cristales rotos, vasos, mesas y sillas por el suelo. Nadie entendía nada. «Si no hubiera sido por la farola, ahora estaríamos hablando de una desgracia importante», asegura Virgili. El accidente acabó con tres heridos leves, uno por contusiones y los otros dos por ataques de nervios.

El vehículo, después de estamparse contra la farola, dio un trompo y salió disparado a unos cuantos metros de distancia. El conductor, que dio positivo en la prueba de alcoholemia, salió enseguida del coche, increpando a los presentes. «¡Que no ha pasado nada! ¡Que no hay para tanto!», decía el individuo, según la versión de los testigos. «Nos vacilaba y se reía de nosotros», explica Roger. Incluso se desabrochó los pantalones y mostró sus partes íntimas.

Pasaron tan solo unos segundos cuando llegaron los servicios de emergencia. La Guàrdia Urbana acabó imputándole al conductor un delito contra la seguridad vial por conducir bajo los efectos del alcohol.

#asseguremelvirgis

El bar donde ocurrió todo abrió sus puertas hace dos meses. Por norma general, tiene cerrado las tardes de los sábados y los domingos. Los propietarios decidieron hace poco abrir también cuando juegue el Nàstic. El domingo era como la prueba, la primera vez que lo hacían. Y lo cierto es que el local estaba bastante lleno. Tanto dentro como fuera, aunque hiciera frío.

Virgili explica que, cuando se quedó el bar, en lo primero que pensó fue en la ubicación de la terraza. «Pensé que sería adecuado poner pilonas justo en la esquina, para evitar que algún coche de chocara. Parece que lo predijera», comenta Virgili. Después de lo ocurrido el domingo, el propietario ha puesto en marcha una campaña, a través de las redes sociales del bar, pidiendo la instalación de las pilonas. #asseguremelvirgis se llama la campaña. La idea es hacer presión para que el Ayuntamiento les acabé haciendo caso. Además, Virgili reivindica que le dejen montar la terraza en la calle Alguer, «ya que es una vía con menos circulación de coches y autobuses».

Ayer por la mañana, algunos clientes y vecinos entraron al bar, preocupados por lo ocurrido el domingo y mostrando su apoyo a los afectados. Eso sí, fueron muy pocos –o casi nadie– los que se atrevieron a tomarse el café en la terraza.

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