Cúmulo de procesos participativos los que hay abiertos o anunciados para que los tarraconenses puedan expresar sus opiniones y, si son escuchadas, contribuir a la realidad de su calle, barrio y ciudad. Ayer fue el turno de la Part Baixa y el Barri del Port de Tarragona, dentro de la primera de las dos rutas exploratorias en el marco del proceso de su Pla Integral.
Como es habitual en este tipo de actos, en los que se les da el micrófono a los ciudadanos y estos lo aprovechan, ayer por la tarde una quincena de personas se citaron en la Plaça dels Infants para iniciar el itinerario consultivo. Ante ellos, dos dinamizadores de la empresa que se encarga de los procesos participativos estaban preparados para apuntar todas las propuestas relacionadas, en este caso, con una perspectiva inclusiva y de movilidad. «Lo que hacemos es una marcha exploratoria que consiste en recoger aportaciones del vecindario sobre movilidad y elementos de mejora, así como una serie de preguntas que han aparecido en los talleres previos», explicaba Manel Gil, de la empresa encargada de la parte participativa del proceso. Esta nueva herramienta de participación ciudadana es la que continúa después de estos talleres temáticos y las encuestas ciudadanas, que han recibido unas 300 respuestas. Todo, para identificar los problemas urbanísticos y recoger propuestas entorno al Barri del Port. Los talleres se han centrado en temas de movilidad, económicos, y sociales, aunque las conclusiones del proceso todavía tendremos que esperar tres semanas para conocerlos.
En la Plaça dels Infants, vecinos del barrio, comerciantes interesados y demás curiosos de la ciudad estaban preparados para el recorrido de más de un kilómetro y medio y seis paradas previstas, aunque después de multiplicaron debido al interés de los participantes. Antes de empezarlo, la presidenta del Barri del Port, Mari Carmen Puig, apuntaba «el saneamiento del barrio, una apuesta por el comercio y la finalización de las inundaciones» como principales esperanzas ante la redacción del nuevo Pla Integral, que definía como «un paso adelante». Esto, sin esconder cierto escepticismo ante «las elecciones y la posibilidad de que quede en un cajón», afirmaba la presidenta.
El recorrido empezó en la fábrica Chartreuse como primera parada, no prevista, debido al interés de los participantes. Al principio los vecinos se mostraron más intranquilos y preocupados, aprovechando que tenían a alguien a quién preguntar los plazos de las actuaciones, aunque a lo largo de la ruta cambió el tono y aparecieron las propuestas.
El recorrido travesó el barrio de punta a punta, visitando diversos lugares que los vecinos consideraban puntos negros, como el entorno del teatro romno. Las peticiones fueron para pedir más espacios verdes para los niños y las mascotas, unas aceras más amplias para mejorar la movilidad diaria y aumentar la seguridad del tráfico rodado, pero sobretodo más limpieza. «Es el barrio más sucio de los que conozco, me siento enfadada y decepcionada», afirmaba Maria Antònia Guivernau, una vecina del carrer Smith. Otra vecina, que prefirió firmar como N.S., espera una mejor accesibilidad en las calles, aunque los últimos dos años reconoce «un cambio positivo porque se escucha más a la gente».
Esta fue la primera de las dos rutas exploratorias en la Part Baixa y el Barri del Port. La segunda se centrará en la perspectiva de género con temas de seguridad e iluminación. Tendrá lugar el próximo 9 de marzo y estará abierto solo a mujeres.
