En enero de 2010, el Govern de la Generalitat decidió proteger el sonido de las campanas de las iglesias declarándolo Patrimoni Cultural Immaterial Sonor de Catalunya. Pero desde entonces, han sido diversos los municipios que han tenido que enmudecer –algunos con sentencia judicial–, aunque sea parcialmente, los redobles ante las quejas vecinales.
El último en sumarse a esta lista ha sido El Morell. La queja de una vecina ha hecho que la parroquia haya bajado los decibelios de día y, por la noche, se ha eliminado el sonido. Una medida que no ha satisfecho a la mayoría de vecinos, según comentan al Diari tanto el alcalde Eloi Calbet como el rector mosén Joan Antoni López.
El alcalde recuerda que hace ya más de medio año le habían llegado comentarios de que una mujer –que no vive cerca de la iglesia pero que desde hace muchos años reside en el municipio– se quejaba del ruido que hacían las campanas.
Escrito al Ayuntamiento
Pero el caso se oficializó cuando la vecina presentó un escrito al Ayuntamiento. Desde el Consistorio se intentó encontrar «el encaje». Incluso el ingeniero municipal realizó una medición en la zona de las campanas. Calbet reconoce que se tendría que haber hecho un informe pericial.
Mientras, la mujer presentó una queja ante la Sindicatura de Greuges, que envió un escrito al Ayuntamiento antes de Navidad. A partir de este momento, comenta Calbet, se estableció un diálogo con la parroquia para reconducir la situación.
Pero el pasado viernes, el rector de la parroquia, ante el requerimiento recibido, decidió como medida cautelar, a la espera de una solución definitiva, que no sonaran las campanas, ni de día ni de noche. «El domingo, cuando llegué a El Morell, hablé con mosén López para encontrarnos y encontrar una solución», comenta Calbet.
Bajada de decibelios
El capellán apunta que el mismo lunes se bajaron los decibelios de día. Y se programó para que las campanas dejaran de sonar entre las nueve de la noche y las ocho de la mañana.
El alcalde apunta que durante este 2025 el Ayuntamiento aprobará una modificación de la ordenanza de ruido para que se pueda incluir el toc de campana, «que quede regulado y salvaguardado».
Los precedentes
Varios municipios de Catalunya han tenido que modificar el toque de las campanas ante protestas vecinales. Uno de estos fue Senan. La iglesia, en 2014, puso en marcha el toc de campanes de las horas. A partir de ese momento, el Ayuntamiento comenzó a recibir quejas. Uno de los vecinos, en 2015, interpuso un contencioso-administrativo.
Al año siguiente, el juez ordenó al Arquebisbat el cese de la actividad –porque el ruido de la campana superaba en un decibelios el límite– hasta que no se solventase el problema.
En Cambrils
En Cambrils, en 2019, el Ayuntamiento pidió al rector de la parroquia de Santa Maria que se silenciasen los toques de los cuartos de la campana de la iglesia en horario nocturno –de las once de la noche a las siete de la mañana– por la queja de un vecino.
Por su parte, la iglesia parroquial de Sant Pere, también en este municipio del Baix Camp, desde el estreno del nuevo campanario, en marzo de 2008, ya están silenciados los toques de los cuartos y de las horas desde las doce de la medianoche a las ocho de la mañana.
El problema se ha dado también en localidades como Olot e incluso en otros puntos de España, como Micalet (València) y Jaén –en este caso por las campanas de la Catedral–.