Los campings de Tarragona están detrás de siete de cada diez pernoctaciones en la ciudad

Los establecimientos han aprovechado la pandemia para mejorar sus instalaciones y hacer una apuesta firme por la calidad. Alguno de los negocios ya abren todo el año

04 febrero 2023 18:10 | Actualizado a 05 febrero 2023 13:00
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Esta semana se daba a conocer el balance turístico de 2022 en la ciudad de Tarragona, en el que se constataba que no tan solo se han recuperado las cifras respecto a antes de la pandemia, sino que incluso se han superado. El total de 1.641.801 pernoctaciones que registraron los campings y hoteles del municipio representan un incremento del 25% respecto a 2019 y esto, según el Patronat Municipal de Turisme de Tarragona, se explica por un lado por la recuperación del turismo internacional y, por el otro, por la buena dinámica del sector del camping.

Que Tarragona tiene déficit de plazas hoteleras es una realidad. Sin embargo, también lo es que los campings están cubriendo una parte significativa de esta demanda, hasta el punto que siete de cada diez pernoctaciones registradas durante el año pasado fueron en uno de estos establecimientos. Esto ha hecho que, por primera vez, los campings de Tarragona hayan superado la cifra del millón de pernoctaciones. En concreto, el dato ha sido de 1.194.188, más del doble que el año pasado y un 31% más que antes de la pandemia.

«Hemos tenido una temporada de récord», afirma el presidente de la Associació de Campings de Tarragona Ciutat, Roger Trillas. Este reconoce que «pensábamos que tardaríamos años en volver a los registros de 2019, teniendo en cuenta que fue un año espléndido, pero con la vuelta del turismo extranjero hemos remontado».

Aunque durante la Covid el sector estuvo en cuarentena, los propietarios de muchos de estos establecimientos no permanecieron con los brazos cruzados. Prueba de ello es el camping Trillas, que regenta el nuevo presidente de la asociación. Este es el tercer invierno en el que ya no cierra, alargando la temporada los 365 días del año. «Tarragona tampoco es una ciudad en la que haga mucho frío, al final son quince días de invierno, mientras que el resto tenemos muy buena temperatura, lo que nos ha permitido ser pioneros en la desestacionalización», argumenta Trillas.

Las temporadas se están alargando, lo que contribuye a desestacionalizar esta actividad

La ocupación no es la misma que durante los meses de verano, pero muchos extranjeros que durante años han pasado los meses de invierno bajo el sol de la costa malagueña o de la Comunidad Valenciana, ahora también disfrutan del litoral tarraconense. «Creemos que será gradual y que, con el tiempo, habrá más clientes que lo conocerán», añade Trillas.

Esta demanda de invierno se ha traducido en la climatización de la piscina y la habilitación de una zona de spa, para que estos clientes tengan su oferta de ocio y relax. Durante los fines de semana la ocupación es significativa, especialmente en lo que se refiere a familias que se hospedan en los bungalow o de usuarios de autocaravana, que cada vez son más.

Si en el periodo estival el camping Trillas puede alcanzar los 3.000 clientes durante el fin de semana, ahora esta cifra se reduce a un tercio. Pese a ello, la demanda va a más gracias a las programaciones especiales.

Este no es el único establecimiento que ha alargado el periodo de apertura. «Hace veinte años, la mayoría de los campings cerraban el 30 de septiembre, mientras que ahora todos han alargado la temporada», añade Roger Trillas. Esto está contribuyendo a apuntalar un sector que en la ciudad suma siete negocios y casi 10.000 camas. Esta cifra también se ha incrementado en los últimos tiempos con 2.689 plazas adicionales, un dato que no viene por la ampliación de la superficie de los campings, sino por un cambio en el cálculo del número de plazas, teniendo en cuenta que muchas zonas de acampada ahora están destinadas a los bungalows. «A diferencia de los hoteles, el camping es muy volátil y a lo mejor allí donde tenías un campo de fútbol, ahora hay un parking», añade Trillas.

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Cuando en los años sesenta se establecieron los primeros campings en el litoral de la ciudad, los clientes se alojaban principalmente en tiendas de acampada y tan solo los extranjeros llegaban con la caravana. La situación ha cambiado y cada vez más, los usuarios buscan más comodidad, con espacios más grandes que les permitan disfrutar de todos los servicios que tienen en casa, como la fibra óptica.

«Los cámpings invertimos alrededor del 80% de los beneficios en renovar y mejorar las instalaciones», añade Trillas. Una puesta a punto que busca la fidelización de los clientes y que está recogiendo sus frutos, en cuanto a los distintivos de calidad internacionales de estos establecimientos. Lo apuntaba esta semana el alcalde y concejal de Turisme, Pau Ricomà, quien aseguró que «este reconocimiento internacional permite posicionar los cámpings en el mercado holandés y alemán».

Recientemente, la empresa holandesa Auto Camper Service Internacional (ACSI) otorgó el premio a la mejor ubicación de España al Tamarit Beach Resort, un distintivo que contribuye a poner en el mapa unos establecimientos que ahora tienen un 56% de sus clientes de Catalunya y el resto del Estado, mientras que el 44% restante procede principalmente de Alemania (12%), Holanda (12%) y Francia (7%).

El sector emplea a cerca de mil trabajadores directos en verano y a otros dos mil de indirectos

Ricomà valoró «el gran trabajo del sector, que se ha recuperado y ha permitido alcanzar récords históricos». Un trabajo que empezó promocionando la ciudad más allá de su patrimonio histórico, y que cada vez más incluye también las playas y su entorno natural, bajo una visión de turismo sostenible que encaja con la demanda que tradicionalmente han tenido estos establecimientos.

La desembocadura del Gaià, Tamarit y el camino de ronda son algunos de estos activos. «Tarragona es una ciudad que era un diamante en bruto, pero que cada vez está más pulido», considera el presidente de la Associació de Campings de Tarragona Ciutat. Y, en este sentido, el sector valora muy positivamente que se apueste por proyectos como el carril bici de Llevant, que conectará la Via Augusta con Altafulla por la antigua N-340. «Cuanto antes esté acabado mejor, porque podrán utilizarlo tanto los clientes como permitirá que se acerque toda la gente del centro a la zona de playas», añade Trillas. El 90% de los clientes de más edad procedentes de Francia, Alemania y Holanda utiliza la autocaravana y después se mueve en bicicleta. Ahora mismo lo hacen con una infraestructura con déficits, por lo que se prevé que el potencial será «enorme».

Mientras se alcanzan cifras de récord, los establecimientos trabajan en la redacción de los planes especiales urbanísticos «cuanto antes». «Aspiramos a regularizar lo que tenemos, no podemos ni queremos ser más ambiciosos», dice Trillas. Los trámites son lentos, pese a ello, esto debe permitir apuntalar definitivamente un sector que emplea a cerca de mil trabajadores en verano de forma directa y otros 2.000 indirectos.

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