Personas con discapacidad durante el apagón: «Te das cuenta de lo vulnerable que eres»

La falta de ascensores dejó varadas a muchas personas usuarias de sillas de ruedas; los pacientes con respiradores pasaron momentos de angustia y era difícil hacer entender la situación a niños con autismo

29 abril 2025 13:16 | Actualizado a 29 abril 2025 14:36
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«Yo me considero muy autónomo, pero en situaciones así, cuando hay alguna dificultad, te das cuenta de lo vulnerables y dependientes que nos volvemos las personas con discapacidad», explica Carles Balañà, usuario de una silla de ruedas eléctrica.
El apagón lo atrapó en el cuarto piso de la residencia de mayores en la que vive su madre a quien había ido a visitar. Reconoce que «pasé mucho agobio, pese a que las personas que estaban allí me ayudaron en todo momento y me dieron de comer... Estaba incomunicado y no sabía cuándo iba a poder salir», relata. Apunta que bajar la silla a peso y por escaleras a oscuras era una labor más que complicada, teniendo en cuenta que solo la silla de ruedas pesa 130 kilos, a los que hay que sumar sus propios 60 kilos de peso. No se planteó llamar a los servicios de emergencias «porque seguro que a esas horas tenían muchas cosas».
Cuando regresó la luz, en torno a las 18.30 «me subí al ascensor conteniendo la respiración». Carles vive en una residencia para personas con alta discapacidad en Sant Salvador donde la luz no llegó hasta medianoche. Allí casi todo siguió funcionando porque todos los aparatos como grúas y similares, tenían batería. No pasó lo mismo con el colchón inflable de su cama, que tiene características especiales y cuyo motor funciona con electricidad. «Estuve hundido hasta que llegó la luz, pero eso ya fue lo de menos», recuerda.

$!Carles Balañà esta mañana delante de la residencia donde vive. Foto: Cedida


De hecho muchas de las actuaciones que tuvieron que enfrentar ayer los bomberos tuvieron que ver con personas usuarias de sillas de ruedas que no podían subir o bajar de edificios porque los ascensores no funcionaban. Pasaba, por ejemplo, en un edificio de la Rambla Nova donde tuvieron que subir a dos personas en estas circunstancias, una hasta el piso 7 y otra hasta el piso 12. Rosa, una de ellas se mostraba agradecida, porque había llamado al 112 y al poco tiempo había llegado la ayuda.
En otros casos, muchos casos fue la solidaridad de los vecinos la que salvó la situación. Un ejemplo es lo que sucedió en el restaurante AQ que contaba en redes sociales cómo el equipo de cocineros se organizó para subir, a peso, a su vecina de 92 años. La mujer ya se lo ha agradecido con una caja de bombones.
Creu Roja, por su parte, envió desde Barcelona un mensaje a todos sus usuarios, aunque en Tarragona no llegó a muchos porque aquí los repetidores de red no funcionaban. Con todo tuvieron que asistir a algunos casos de personas con problemas con los respiradores. Es lo que pasó con una mujer en Salou, que tuvieron que derivar al CAP en ambulancia en coordinación con el SEM porque se estaba quedando sin oxígeno. También les tocó ir a acercar alguna bombona a otro usuario.
También pasaron angustia los cuidadores, como Antonio Fernández, que vive en Higini Anglés (allí se fue el agua además de la electricidad) y bajó a una fuente de la Rambla Nova para coger algunas garrafas para sus suegros, muy mayores, y un cuñado con discapacidad. Al verlo una mujer con tres niños se acercaba a ofrecerle agua potable y toallitas húmedas y llevárselas a casa.
Igualmente fue un día complicado para muchas familias de personas con autismo. Juanjo Caravaca, presidente de la asociación Todos en Azul y padre de un niño de 10 años con esta condición explicaba que resultó muy complicado que asumiera lo que estaba pasando: «fue una tarde larga y de mucha frustración», explica. Cambiarle toda la rutina le puso muy nervioso y no pudo calmarse con vídeos de YouTube que le gustan.

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