«Si se aplica la normativa europea, en dos años la pesca desaparece»

La Confraria de Tarragona no abrirá sus puertas mañana como protesta por las restricciones impuestas desde Bruselas. El sector se manifiesta en Sant Carles de la Ràpita

02 junio 2021 18:50 | Actualizado a 03 junio 2021 05:20
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La Confraria de Pescadors de Tarragona no abrirá sus puertas mañana como protesta por las medidas restrictivas que se están aplicando desde la Unión Europea y que «suponen el fin del sector», según el presidente de la Confraria, Esteve Ortiz. La institución está organizando autobuses para que los pescadores tarraconenses puedan asistir mañana a la concentración, que tendrá lugar a partir de las diez de la mañana en el Moll Pesquer de la Confraria de Pescadors Verge del Carme de la Ràpita.

El motivo por el cual la protesta se celebra en este municipio de la comarca del Montsià es que se trata del único puerto que no está en veda en la actualidad. Los pescadores del resto de cofradías se desplazará hasta Sant Carles de la Ràpita para mostrar su apoyo a las reivindicaciones del sector.

Los pescadores llevan años denunciando las medidas restrictivas que se imponen desde la Unión Europea, con el consentimiento del Estado español. Que si permisos, que si vedas, que si sanciones. Un combo que, según los trabajadores de la mar, acelerará la desaparición de la pesca, poniendo en riesgo la viabilidad económica de la actividad.

La gota que ha colmado el vaso ha llegado hace unos días con la aplicación de un plan plurianual aprobado por la Unión Europea y que tiene como objetivo la conservación del Mediterráneo. Entre otros aspectos, esta normativa supone una reducción del número de jornadas asignadas para que las embarcaciones del arrastre puedan salir a faenar. La idea es que, desde ahora y hasta el 2025, se vaya reduciendo un 10% al año los días de pesca. A esto se le debe sumar los dos meses de veda biológica que ya hace el sector para garantizar la recuperación de la mar.

«Si solo podemos trabajar dos o tres días a la semana, lo mejor es que cerremos el chiringuito. No será rentable», explica Ortiz, quien añade que «Europa quiere acabar con este sector y no sabe cómo hacerlo». Por su parte, la Generalitat, que hace de intermediario entre los pescadores y las otras dos administraciones –España y Europa–, propone una serie de alternativas para minimizar los efectos de esta normativa tan restrictiva.

La Confraria de Pescadors de Tarragona se ha organizado para estar en la primera fila de la protesta, como por ejemplo, encargando pancartas que piden un referéndum para salir de la Unión Europea y que estarán colgadas en El Serrallo. «Queremos decir a los políticos que salimos a la mar para ganarnos la vida y poder comer, no como deporte», dice, indignado, Ortiz, quien asegura que «si la normativa se acaba aplicando, le doy dos o tres años de vida a este sector».

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