El Ayuntamiento de Tarragona prevé ingresar a lo largo de este año un montante global de seis millones de euros mediante los tributos relacionados con el sector de la construcción. Esta cifra supone un importante incremento del 76% respecto a los 3,4 millones presupuestados en las últimas cuentas que habían sido aprobadas en el Saló de Plens, como fueron las de 2021 porque el presupuesto que se gestionó durante 2022 fue el prorrogado del año anterior con decenas de modificaciones de crédito a lo largo de todo el año.
Ahora, en las previsiones económicas de 2023 avaladas por el pleno municipal el pasado mes de diciembre se prevé que la administración municipal de la Plaça de la Font cobre un total de 4.025.000 euros en base al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), así como otros 1.995.000 por la tasa de licencias urbanísticas.
El primer tributo se cobra con el proyecto ejecutivo que genera el permiso de obra –que es el que da vía libre para llevar a cabo la construcción–, mientras que lo segundo se abona en el proyecto básico que otorga la licencia. Esta segunda tasa grava el trabajo administrativo que se ha hecho para verificar la legalidad del contenido de la licencia solicitada en base al proyecto presentado, que es vinculante para poder llevar a cabo la construcción.
Cabe señalar que en su informe correspondiente a las cuentas de este año, el interventor municipal alerta del «carácter no recurrente» de estos dos ingresos, por lo avisa que «no pueden financiar gastos estructurales del Ayuntamiento», que son los fijos y estrictamente necesarios para que la maquinaria municipal funcione. Especialmente significativo es lo que el alto funcionario indica sobre el impuesto de construcciones de este año, que respecto al previsto en 2021 crece en 1,4 millones de euros. «Es una debilidad importante que sea necesaria la totalidad de este ingreso para equilibrar el presupuesto corriente», ya que según el trabajador público de mayor rango en materia económica es un tributo con mucha «variabilidad».
Thor se lleva la palma
A lo largo de este 2023 el consistorio prevé que sean diez los proyectos que paguen tanto la licencia urbanística como el impuesto de construcciones. Sin lugar a dudas, el plan que financiará más las arcas municipales es el nuevo hospital privado y la residencia senior que Thor construirá en el Plan Parcial 9, en un solar ubicado entre Les Gavarres y el barrio de La Floresta, justo detrás del supermercado Carrefour. Esta firma de Alicante tiene intención de invertir 60 millones de euros en la construcción de este complejo sanitario, que contará con una superficie total de 45.000 metros cuadrados. Antes de edificar, esta compañía deberá abonar más de 2,2 millones de euros al Ayuntamiento en tributos, en base a 650.000 euros de licencia urbanística (507.000 del hospital y 143.000 del geriátrico) y más de 1,5 millones por el ICIO (1,2 del centro sanitario de mayor envergadura y 337.000 para el de menor).
Asimismo, el proyecto inmobiliario de Neinor también aportará una cantidad significativa a la corporación local, ya que supondrá un ingreso de 655.000 euros: 195.000 por la licencia y otros 460.000 en impuesto de construcciones.
Paralelamente, otra actuación que comportará un ingreso importante será el proyecto de Ten Brinke, en Ponent, del que se espera que esta primavera se ponga la primera piedra una vez que la firma holandesa prácticamente lo tiene todo encarrilado para comenzar las obras de lo que será su primer centro en Catalunya. Lo hará en una finca de unos 66.500 metros cuadrados de superficie, de forma trapezoidal, limitando con la T-11 y la avenida Josep Maria Recasens, por la que está previsto que este 2023 pague 343.000 euros en base al impuesto de construcciones.
