Tarragona pedirá en 2022 un crédito de 12,3 millones y pagará 14,7 para reducir la deuda bancaria

El presupuesto, que los Comuns piden renegociar, prevé bajar el pasivo con inversiones en vivienda social y el gimnasio municipal de SPSP como principales acciones del próximo año

26 diciembre 2021 20:01 | Actualizado a 28 diciembre 2021 06:37
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El Ayuntamiento de Tarragona tiene previsto concertar el próximo año un nuevo crédito de 12,3 millones de euros para financiar la mayor parte de las inversiones previstas en el presupuesto de 2022, que ascienden a un total de 12,6 millones de euros si finalmente el alcalde Pau Ricomà (ERC) logra aprobar las cuentas. Este nuevo endeudamiento, sin embargo, permitirá reducir el pasivo que arrastra el Consistorio, ya que durante los doce próximos meses la administración con sede en la Plaça de la Font pagará 14,7 millones de euros a los bancos para amortizar los préstamos que arrastra, lo que situará el nivel de pasivo en los 162,2 millones a 31 de diciembre del próximo año. 

En global, pues, durante 2022 la corporación local rebajará su deuda en 2,4 millones de euros, lo que facilitará que la ratio descienda por primera vez en mucho tiempo del 90% y se sitúe en el 89,96% respecto a los 180,3 millones en ingresos ordinarios previstos para 2022, según indica el interventor municipal en el informe que avala los números para el próximo año. Este porcentaje acentúa que el Ayuntamiento se siga alejando del límite del 110% legal que le imposibilitaría acudir al crédito externo y se acerque, poco a poco, al 75% que no le obligaría a informar al Institut Català de Finances (ICF) para poder acudir al préstamo bancario.  

En su trabajo, al que ha tenido acceso el Diari, el alto funcionario municipal recalca que la operación de crédito de 12,3 millones de euros «garantiza el cumplimiento del plan de ajuste económico vigente», ya que según los baremos de este análisis de estabilidad el Consistorio podría llegar a pedir 13,3 en 2022. Asimismo, el interventor destaca que el próximo año se pagará un 23% menos en gasto financiero –1.096.580 euros– por «las nuevas condiciones de los créditos y el mantenimiento de los tipos de interés en nivel bajo».  

En el documento, el especialista económico municipal remarca que la cifra 14,7 millones que el próximo año se pagarán a las entidades financieras supone un incremento de 2,2 respeto a los 12,5 que se han abonado este 2021. Esto se debe «a la finalización de la carencia» de tres préstamos de los que hasta ahora solo se pagaban intereses. Dos son de 2019 –uno de 11,3 millones y otro de tres– y otro de 2012, el de proveedores del Gobierno Central, cuyo saldo actual es de 5,7 millones después de que el año pasado se abonaran 7,2 para rebajar el tipo de interés, que es del 5%. 

360.000 € para lavabos públicos
Por lo que se refiere a las inversiones previstas en la propuesta de presupuesto que el pasado jueves fue rechazada por la comisión de Serveis Centrals –y que aún no tiene fecha confirmada para pasar por el Saló de Plens–, destacan los dos millones de euros para «mejoras en espacios públicos», así como los 1,5 millones para los vestuarios y el nuevo gimnasio de la piscina del barrio de Sant Pere i Sant Pau, que de esta forma se equiparará a otras instalaciones municipales como la del Serrallo o la de Campclar. 

Entre las apuestas que aparecen en el listado de inversiones –que serán financiadas mediante el préstamo de 12,3 millones de euros– también está la apuesta de un millón de euros para adquirir vivienda para destinarla a alquiler social del Servei de l’Habitatge (Smhausa), el pago del nuevo barrio de Ponent (PP10) y otros 600.000 euros para la «renaturalización del Francolí y del frente litoral», una partida en la que se prevén 400.000 euros para iniciar el derribo de la polémica plataforma del Miracle. El listado reserva un paquete de un millón de euros en materia energética, ya que hay 500.000 euros para la mejora de la eficiencia del alumbrado público, así como otro medio millón para instalaciones fotovoltaicas y comunidades energéticas.  

El gobierno municipal (ERC-Junts per Tarragona-CUP) contempla también 400.000 euros para continuar con el proyecto de carriles bici, así como 374.000 euros para impulsar el estudio de la calidad del aire. Asimismo, se reservan 315.000 euros para la «adecuación del Palau d’Esports Catalunya», que ahora es de la Generalitat pero que en 2022 se espera que pase a manos municipales, y 360.000 para los lavabos públicos. En concreto, habrá 120.000 euros para la compra de locales y 240.000 para reformarlos y poder abrirlos. 

En la previsión de acciones de 2022 se han incorporado 200.000 euros para actuar en el Fòrum de la Colònia y una partida de 150.000 euros para la instalación de las cámaras de seguridad en las calles de la Part Alta. Asimismo, pese a que no se prevén obras, las cuentas del próximo año contemplan 50.000 euros en redacciones de proyectos para recuperar el edificio de Santiyán (en la Part Baixa), así como para las calles Unió, Plaça del Prim y Apodaca. Finalmente, entre las actuaciones más destacadas cabe señalar los 200.000 euros para dotar de vegetación mediterránea los parques y jardines, otros 100.000 para rehabilitar centros cívicos y 72.000 más para el mantenimiento de los teatros Tarragona y Metropol.  

ECP pide más para dar el aval
Todas estas actuaciones dependen, sin embargo, de que las cuentas puedan sacarse adelante en el pleno municipal. A día de hoy, el ejecutivo de la Plaça de la Font no cuenta con la mayoría política necesaria para aprobar el presupuesto. En Comú Podem y PSC votaron en contra en la comisión previa, lo que provoca que –junto al rechazo de Cs, PP y de los no adscritos– al gabinete liderado por el alcalde Ricomà le falte un voto para poder dar validez a sus previsiones económicas. 

La pasada semana, la portavoz de ECP –Carla Aguilar-Cunill– rechazó la propuesta pese a que su partido –Catalunya en Comú– había avalado el «sí» a los números por un 76% de su asamblea. La representante progresista considera que el 19-6 de su formación no es suficiente, ya que el socio de coalición –Podem– rechazó el presupuesto por un 33-0, lo que da un resultado global de 39-19 a favor del «no». El viernes, Catalunya en Comú aprobó en ejecutiva «no aceptar la suma» de las dos reuniones porque las votaciones «no se realizaron con el mismo formato» e instó a Ricomà a «seguir negociando para incluir algunas cuestiones fundamentales» y lograr lo que, de momento, no ha sido capaz de hacer el partido: convencer a su propia edil.  

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