5 formas de aprovechar el talento de un corrector de textos y estilo

19 mayo 2017 16:48 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:48
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Hacerse entender, de forma escrita, resulta en ocasiones bastante difícil. En otras tantas, la redacción y el tipeo en el teclado provoca que se omitan o se coloquen mal desde signos de puntuación hasta frases enteras. Al día de hoy son situaciones totalmente normales, por lo que las figuras de corrección de textos y, más aún, de corrección de estilo, siguen cobrando protagonismo en entornos corporativos, literarios, pero también en entornos más íntimos, donde priman los momentos especiales. A continuación, toda la información acerca de un corrector de textos y de estilo, así como 7 formas útiles de aprovechar el talento de estos profesionales.

¿Qué hace un corrector de textos?

Las principales funciones de un corrector de textos tienen relación con la ortografía, y, también, con la ortotipografía. Es por ello que su trabajo consiste en revisar, de cabo a rabo, un manuscrito o documento de cualquier índole, y corregir cada uno de los errores de signos de puntuación, jerarquización de títulos y subtítulos, la omisión de caracteres, y el mal uso de las negritas, cursivas, mayúsculas, entre otras funciones.

El oficio de un corrector de textos es muy importante y bastante solicitado en el entorno actual. Por norma general, redactar cada día no exime a ninguna persona de incurrir en errores, comunes o no, de ortografía. Más si se tiene en cuenta que pocas personas se toman la osadía de revisar, con meticulosidad, lo que han escrito. Delegar esta actividad siempre conviene más que enviar un documento con erratas.

Labores a cargo de un corrector de estilo

Mientras que un corrector de textos hace lo propio con los errores de ortografía, un corrector de estilo basa sus funciones en lo estrictamente relacionado a la estructura de una obra, con miras a la facilitación de la comprensión, la lectura y la transmisión de sensaciones, según sea el caso.

Los correctores de estilo son parte obligatoria del equipo que publica libros, ya que tener frases que se entiendan y que transmitan lo que el autor intenta transmitir es la principal necesidad. No obstante, a pesar de las cualidades personales de quien escriba, siempre hay detalles que se escapan y acaban por entorpecer la trama de un texto. Así, la labor de un corrector de estilo pudiera resumirse en que intenta suprimir todos los defectos de un texto, a la vez que maximiza sus virtudes.

La necesidad de entenderse

Entenderse, o hacerse entender, en un mundo tan complejo y que avanza más rápido de lo que se puede percibir, es, más que una necesidad, una obligación ineludible. La lengua española es rica en este apartado, dotando a cada uno de los que escriben de las suficientes herramientas para hacerse entender a cabalidad. Esta amplia gama de utilidades, sin embargo, ha servido para que cada vez se escriba peor, con más densidad pero con menos contenido, dando así como resultado textos que, sin llegar a considerarse inentendibles, resultan más difíciles de leer, interpretar y entender de lo que deberían.

Colaboración en el desarrollo de “white papers”

La primera forma donde las funciones de estos dos profesionales de la corrección pueden ser definitorias.

Los White papers, son guías o manuales que publican las empresas para que sus usuarios, clientes, socios, y demás personas interesadas, puedan realizar cosas o solventar problemas que guarden relación con los servicios que ofrece tal empresa.

Las compañías telefónicas, las entidades financieras, y actualmente las agencias de comunicación y marketing, hacen uso de estos documentos para ganar la fidelidad de los usuarios. Así, lo fundamental y obligatorio de un manual o de una guía es que su contenido se pueda internalizar con facilidad, para que la solución no sea parte del problema. Lograr frases concisas y sencillas no está al alcance de todos, y siempre es necesaria una mano colaboradora.

Corrección de cartas de ventas y otros documentos de negocio

Los documentos corporativos, desde comunicaciones digitales a través de correos hasta el envío de cartas y otros documentos por escrito, son parte del día a día de un entorno empresarial. Entorno en el que los directivos tienen poco tiempo para revisar las comunicaciones que reciben, por lo que se requiere enviar textos entendibles, precisos, totalmente enfocados.

Gracias a la corrección de estilo se puede resumir una aburrida carta de ventas de tres cuartillas a una sola cuartilla entendible, directo al grano, pero igual de explicativa. Una solución que inspira confianza por parte de quien la recibe, porque, sin que se escape nada del contenido, se valora mucho el tiempo disponible por el lector.

Optimización del Currículum Vitae

El mercado laboral cada vez es más competitivo y los que intenten destacar dentro deben saber hacer las cosas de una forma más inteligente. Por eso, el momento de los currículos hechos con formatos prediseñados, rellenando espacios en blanco, debe ser sustituido por cartas de presentación más profesionales, con una mayor capacidad de atracción para con los contratantes.

La aceptación de este último formato radica en que no se anda por las ramas ofreciendo datos irrelevantes. Una hoja de vida laboral, redactada de esa manera, da cabida únicamente a lo necesario, a lo que aporta valor al candidato al puesto, y deja para el final los datos de contacto. Lograr las frases ideales, las que motiven al reclutador a decidirse por ti, es una tarea en la que un corrector puede ayudar.

Colaboración con autores independientes

La publicación de libros y libros electrónicos de forma independiente, gracias plataformas como Kindle, requiere de un esfuerzo tremendo para que cada página escrita tenga sentido, no desmejore en la calidad, y provoque en el lector las sensaciones que el autor necesita. Una tarea en la que no se tolerarán fallas ortográficas, y mucho menos frases que no llegan a ningún lugar. Un autor, un corrector de textos y un corrector de estilo, cada uno con su tarea, pueden hacer que una obra valga la pena.

Discurso del día de bodas

El momento más importante de la vida en pareja no puede quedar empañado por un discurso sin pies ni cabeza. Por tal razón, se recomienda que el manuscrito se pase primero por las manos de un corrector, antes de enviarlo al maestro de ceremonias, o a la persona que leerá el discurso.

Los discursos deben causar un aura de emotividad bastante fuerte, cosa que muy pocas personas logran. Los profesionales de la corrección sí pueden hacerlo, lo que obliga a plantearle la propuesta antes de embarcarse en la lectura a los invitados. El discurso, al final, se recuerda más que el “acepto”.

Comentarios
Multimedia Diari