
Audi vuelve a liderar la venta de vehículos con tracción a las cuatro ruedas en España

Uno de cada cinco modelos Audi matriculados en España está equipado con tracción quattro.
Si hay un fabricante de automóviles al que no se le pueda negar su apuesta por la tracción a
las cuatro ruedas ese es, sin duda, Audi. Vio mucho antes que sus competidores las enormes
posibilidades que esta tecnología podía ofrecer, no sólo para los vehículos todoterreno, que
eran los que la utilizaban desde hacía tiempo, sino también para los turismos de cualquier
tamaño y potencia. La idea de producir un coche de cuatro ruedas motrices surgió en 1977
durante unos tests en Finlandia, donde el prototipo desarrollado por Audi sobre la base del
todoterreno Iltis mostró sus grandes habilidades en terreno deslizante. Así nació, en 1980,
el Audi quattro, un coche que en aquellos momentos estaba un escalón por encima del resto
en cuanto a agarre en cualquier tipo de superficie y, por tanto, ofrecía un comportamiento
más seguro que los demás.
Y las consecuencias de aquella visión adelantada a su tiempo aún se dejan notar en nuestros
días. Ahora, cuando han pasado cuarenta años desde las primeras pruebas en territorio
nórdico, Audi sigue teniendo el reconocimiento del público como líder en esta tecnología de
las cuatro ruedas motrices, como lo atestiguan sus ventas de este tipo de vehículos un
ejercicio tras otro.
En 2016 Audi ha vuelto a colocarse en cabeza del mercado español de coches con tracción
integral, al matricular 10.798 unidades de versiones quattro. La diferencia con los
siguientes del ranking es abrumadora, pues la marca que ocupa el segundo puesto alcanzó
unas ventas de 8.961 coches de cuatro ruedas motrices, es decir, 1.835 menos que la firma
de Ingolstadt, mientras que el fabricante en tercera posición se queda en 8.632 unidades,
lo que significa estar un 25,1% por debajo del líder.
Audi tiene versiones quattro en todas las familias que integran su gama, desde el pequeño
A1 a la lujosa berlina A8, pasando por las variantes Q. En el caso de los A8, R8, Q7 y la
familia de modelos deportivos S y RS, que forman la cúspide de la numerosa oferta de
productos Audi, la totalidad de las ventas va asociada a la tracción quattro, pues es la única
que se monta en estos coches de altas prestaciones. Del resto de la gama, los más
demandados en versiones de cuatro ruedas motrices son, por este orden, el Audi Q5 (con
3.526 unidades quattro matriculadas), el Audi Q3 (3.002 unidades) y el Audi A4 (884
unidades).
Historia: un repaso a la tracción quattro
Aunque el primer Audi quattro inició su comercialización a comienzos de la década de los
ochenta, la primera gran revolución se produjo en el ámbito de la competición. Aquel Audi
quattro, en su versión de batalla larga, debutó en el Rallye de Montecarlo de 1981, con el
finlandés Hannu Mikkola al volante, y dejó asombrados a todos los equipos. Su tracción a las
cuatro ruedas se mostró imbatible en aquellos años, lo que sirvió para conquistar cuatro
títulos mundiales en poco tiempo, dos de constructores y dos de pilotos. Luego hubo
diferentes evoluciones del modelo, entre ellas el Sport S1 que, con las modificaciones
necesarias, ganó cuatro veces consecutivas la famosa subida americana a Pikes Peak.
Tras demostrar su eficacia en carretera, la tecnología quattro se trasladó a los circuitos. En
1988 Walter Röhrl y Hans Stuck obtuvieron varias victorias en el popular campeonato
norteamericano Trans-Am al volante de un Audi 200 quattro y lograron el título para la
marca. Más recientemente, en 2012, Audi vuelve a ser pionera con la inscripción de un
prototipo de tracción a las cuatro ruedas en las 24 Horas de Le Mans, consiguiendo la
victoria ese año y los dos siguientes.
Todos estos logros en las disciplinas automovilísticas más exigentes han servido para ir
perfeccionando de forma continua el sistema de tracción quattro. Su última evolución, la
tracción quattro con tecnología ultra, se estrenó el pasado año en el Audi A4 allroad y la
incorporan ya la mayoría de los nuevos Q5. Por primera vez permite la desconexión
automática de la tracción trasera en circunstancias favorables y funciona de forma
predictiva, es decir, antes de que la situación de conducción lo requiera, el coche vuelve a
tener tracción integral. De esta forma se consigue un ahorro en el consumo de combustible
en torno a 0,3 litros por cada 100 kilómetros recorridos, manteniendo la misma seguridad
que siempre ha caracterizado al sistema quattro de Audi.
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