- ¿La música y el vino hacen buena pareja?
-Son dos propuestas que a priori tienen buena pinta y generan mucha aceptación entre la gente. Tienes que ser muy malo para estropearlo.
- Esta semana le tenemos en Reus. ¿Cómo surgió su participación en el ciclo Biblioteques amb DO?
-A través Tramoia Cultura. Me propusieron hacer algo que combinara poesía con vino. Y aquí estoy.
- ¿Parte de su relación a lo largo de la historia?
- No me centro tanto en una vertiente histórica o temporal, sino que parto de la percepción del vino desde distintos sectores. Intento hablar de la viña, las experiencias alrededor de este caldo a nivel colectivo, la vertiente humorística...
- ¿Qué tiene de especial el acordeón?
- Que es un gran depredador. Llega y se lo zampa todo. Tiene algo peculiar. Permite hacer tanto la melodía como el acompañamiento. Y la gente suele sentírselo muy cercano.
- ¿Por qué lo escogió como instrumento?
- Me escogió él a mí. Lo compré por la vista, sin saber ni siquiera qué era. Fui a un mercado y en una parada vi un objeto que me llamó mucho la atención. Simplemente me atrajo. Lo compré, y luego supe que era un acordeón diatónico. Aquí empezó todo.
- ¿Era muy joven?
- Tenía veinte años.
- Antes tocaba el piano.
- Sí, venía del clásico, y lo dejé por el acordeón.
- ¿Cree que los instrumentos diatónicos son suficientemente conocidos?
- Todo es cuestión de gustos, y público. A mí me brindan la oportunidad de hacer buena música con conocimientos básicos (no sería capaz de tocar el violín). El acordeón es muy agradecido, tanto a niel social como individual.
- En sus propuestas musicales parte de lo más tradicional para elaborar propuestas innovadoras, modernas. ¿Es difícil hacer este ejercicio?
- Es inevitable, porque todos somos contemporáneos. Ocurre como pasa en la cocina. Todo el mundo parte de algo ya conocido, pero lo elabora con ingredientes e ideas más actuales.
- Curioso paralelismo.
- Si quieres ser franco con tú mismo, tiene que ser así.
- Sus propuestas de rumba son ya muy conocidas.
- La rumba es un tipo de música muy socialmente aceptado. La tenemos muy asumida y representa un ámbito donde todo el mundo está a gusto. Es una apuesta segura.
- También opta por otros estilos.
-Me gusta variar. Volviendo al paralelismo de la cocina: si siempre comes lo mismo, al final lo aburres. La rumba es como la Calçotada: sabes que generalmente funciona. Pero hay que proponer opciones distintas.
- Le hemos visto en el escenario en muchas ocasiones. ¿Por qué momento profesional pasa ahora?
- He dejado un poco de lado la parte más festiva de la música, y estoy centrado en los pequeños formatos.
- ¿Con qué se siente más cómodo?
- Con todo. Hay un cúmulo de casualidades, intuición... Varios elementos que convergen y te vas encontrando por el camino. Con todos ellos me siento muy a gusto.
- ¿Qué opina de la música como un instrumento para ‘fer país’?
- Creo que la música es una gran herramienta. Es un mecanismo fantástico, que hace que la gente se sienta a gusto. Está socialmente aceptada y muy consolidada. Funciona.