Conexión maternal

¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Por qué me ha tenido que pasar a mí? Quién no se ha hecho alguna de estas dos preguntas en algún momento u otro de su vida.

Pues bien, las respuestas a muchas de las angustias y problemas se encuentran en el útero materno y es allí donde se debe ir a buscarlas, a través del Proyecto Sentido.

Así lo explican Mercedes Sánchez Sánchez y Gloria Butille Salvado.

Sánchez, psicoterapeuta y genealogista familiar, aclara que «el Proyecto Sentido tiene que ver con nueve meses antes de nacer y  hasta los tres años de vida, incluso hasta los siete años y toda la información que recibimos en este periodo va a marcar toda nuestra vida».

El Proyecto Sentido surgió de la escuela francesa, de Marc Fréchet.

Él fue un niño concebido para que a su madre, que iba a ir a la cárcel, le redujeran la condena. Vivió 18 meses en prisión, nueve de concepción, más nueve meses después.

«Ya de mayor, cuando se hizo médico, se dio cuenta de que siempre estaba rodeado de mujeres embarazadas que se sentían solas. ¡Qué curioso!

Era lo que él había vivido justo dentro del útero materno», explica esta psicoterapeuta.
Hijos ‘programados’

El caso de Fréchet se puede extrapolar al resto de la población, pero ¿hasta qué punto se es fiel a esa programación inconsciente? ¿Qué tiene que ver el comportamiento de una persona con lo que su madre pensó o sintió estando embarazada?

«Todo», responde Butille, especialista en constelaciones familiares.

Ser antisociales, fracasados económicamente, infieles o atrevidos, una niña masculinizada o al revés, vivir una infancia plagada de enfermedades... todo tiene una respuesta en el Proyecto Sentido.

Y todo empieza con la «impronta». Ese momento en que la mujer se da cuenta de que está embarazada.

«Ser un hijo deseado o no nos puede marcar toda la vida. Un hijo deseado será siempre reconocido en todas partes. Si no ha sido deseado le costará muchísimo ser aceptado porque no es visto. Y da igual si luego se desea y se ama muchísimo. El primer pensamiento de la madre es clave».
El secreto, en ocasiones, está en saber qué tipo de hijo es cada uno.

Sánchez desvela que existen «los típicos hijos pegamento, esos que cuando la pareja está en crisis y se va a romper... llega el embarazo. Luego son personas que van por la vida uniendo a los demás, son los llamados celestinos».

También está el «hijo bastón, ese que nace con el cometido de que cuide a los padres cuando ya son mayores». 
Esta genealogista cuenta que «yo tenía un programa de ser hija bastón y mi madre tenía muy claro que yo me iba a quedar a cuidarla toda la vida.

Pero no fue así y a mí me ha costado muchísimo trabajo deshacerme de todo ese proyecto sentido que tenía previsto. Por eso salí con una sensación de culpa de mi casa, de creer que había abandonado a mi madre...

Cuando por fin fui consciente, cambié mi programación, que es la que nos hace vivir un tipo de vida u otro». 

Yo quiero... un niño
El sexo del bebé, ese que tantos quebraderos de cabeza da en ocasiones a la pareja, es otra de las claves del comportamiento de la futura persona.

Estas profesionales explican que si el niño o niña no coincide con el deseo de los progenitores, «resulta que como no se puede cambiar el sexo, entonces se feminiza o se masculiniza porque así obtiene la aprobación y el amor de sus padres».

Porque todo radica «en el amor ciego hacia nuestros padres, un amor que no es claro. Y esto es lo que hay que transformar.

Si hay conflicto de identidad, la persona tiene mucha dificultad para aceptarse, no se aprueba y necesita aprobación», sentencia Butille.

Otro caso sería el de alguien que huye del dinero constantemente.

«Si durante la gestación ha habido una pérdida de la empresa y se ha sufrido por la parte económica, la persona siempre asociará dinero a peligro, por lo que evitará ganar dinero... porque piensa que al final lo perderá. Asocia abundancia con peligro, con pérdida y con sufrimiento».

Y si el bebé nace con fórceps, cómo se reflejará esto en su vida posterior. No es lo mismo que si se nace por parto natural o cesárea.

«Si se han utilizado fórceps, serán personas que quieren hacer un cambio en su vida y en el último momento tiene que venir alguien a salvarles porque ellos solos no pueden».

Necesitan ayuda, pero a la vez, «la ayuda les duele porque cuánto daño tuvieron que hacerle los fórceps al bebé. Son personas que no saben recibir la ayuda, que cuando la tienen, la rechazan. Todo esto condiciona muchísimo», relata Sánchez.

Secretos de familia
Según las expertas, el Proyecto Sentido aparece en los momentos de independencia.

«Nuestra primera independencia es al nacer, luego nos casamos, nos vamos a vivir solos o tenemos nuestro primer trabajo. Y así es cuando aparecen los conflictos. Muchas personas se van a vivir solas y se encuentran con mucho estrés y es ahí cuando hay que mirar el Proyecto Sentido».

Las cosas que no se han dicho en la familia, esos secretos de los padres, lo que se calló por vergüenza, también las patologías de una persona durante sus primeros años aportan información sobre los orígenes.

Según Butille, «desde el nacimiento hasta los 12 años toda enfermedad que psicomatiza el niño habla de la historia oculta de papá y mamá».

Y en última instancia, los abortos, qué ocurre con ellos. Butille revela que cuando se le pregunta a alguien cuántos hermanos son, «normalmente responden por los que están vivos y los abortos los excluyen.

Y lo que ocurre es que hasta que no se incluya a todos los hijos, no se dará el lugar que le corresponde a cada uno en su sistema». 

Asimismo, resaltan la importancia de la abuela materna. «Es clave recordar qué vivió para comprender parte de nuestra historia actual, ya que todo trauma no resuelto se trasmite de generación en generación en forma de conflicto o enfermedad con la intención de ser visto y honrado y no juzgado», concluyen. 

Buscar la solución
Desprogramar lo programado

A pesar de los problemas que se puedan arrastrar a lo largo de la vida, afortunadamente nada es irreparable ya que «todo lo que está programado se puede volver a reprogramar, bien utilizando la descodificación biológica, herramientas como la psicoterapia o las constelaciones familiares.

Pero para poder llegar al Proyecto Sentido es absolutamente necesario reconocer que hay un problema que se tiene que solucionar.

¿Por qué ocurre una determinada situación? y, sobre todo, ¿por qué se repite durante generaciones? ¿Cómo podemos escapar de la infancia que nos ha tocado?

Para Butille y Sánchez el verbo escapar no sería apropiado porque «nunca vamos a escaparnos de la infancia. Hay que mirarla desde el amor ya que  nuestros padres lo hicieron lo mejor que supieron».

Pero, al mismo tiempo instan a romper con los patrones impuestos.  

Ellas proponen diferentes terapias.

Gloria Butille trabaja la meditación, la terapia floral, el Reiki y las constelaciones familiares, entre otras. Aclara que «cada persona tiene su proceso y tiene que respetar su ritmo de sanación».

Butille es propietaria de un centro de formación en Vila-seca, ‘El Bosc dels Somnis’ (elboscdelssomnis.jimdo.com), donde lleva a cabo cursos y conferencias.

Por su parte, la genealogista y terapeuta Mercedes Sánchez tiene una consulta en Reus.

A través del árbol genealógico estudia las fechas, aquel nombre que se repite en la historia familiar...

Explica que «como partimos siempre de la base del motivo de conflicto, el problema siempre lleva al origen y nos va a dar la solución. Hay que ir a la búsqueda del origen, que puede estar hasta en siete generaciones atrás».

Ambas profesionales preparan encuentros de varios días en los que los pacientes pueden asistir con la opción de comida y alojamiento, para tratar diferentes problemas y patologías.

La próxima cita se celebrará en el centro de Vila- Seca los próximos días 8 y 9 de diciembre.

Será un taller práctico y vivencial  bajo el título ‘Elijo de nuevo, un encuentro con el verdadero destino’. 

Información y reservas al téléfono: 651 045 739 y mail elboscdelssomnis@gmail.com