Conflictos emocionales que nos hacen enfermar

Alegría, tristeza, incertidumbre, confusión, nerviosismo,… La lista de emociones es interminable y no somos ajenas a ellas. No somos témpanos de hielo. «Un trastorno psicosomático es un trastorno psicológico o emocional que genera consecuencias en nuestro organismo», explica la psicóloga, psicoterapeuta y sexóloga Sònia Navarro.

La realidad es que todos somatizamos. Cuando nos incomoda una situación nos sudan las manos, nuestro corazón se acelera. Estamos somatizando. «Quién no se ha puesto rojo alguna vez cuando ha tenido que hablar delante de mucha gente o ha sentido un nudo en el estómago. Son síntomas psicosomáticos, igual que el dolor de cabeza que podemos sentir entre ceja y ceja cuando estamos muy preocupados o cuando tenemos un problema con otra persona y sufrimos una mala digestión», destaca la especialista.

Nuestro cuerpo reacciona a las emociones. Pueden ser reacciones pequeñas como las que acabamos de describir o, según la psicóloga, «puede ser que entremos en síntomas que si no sabemos escuchar terminen por generar una enfermedad». Llegados a este punto, Sònia Navarro advierte que «cuando hablamos de enfermedades psicosomáticas no quiere decir que cuando exista una lesión orgánica no se tenga que acudir al médico».

La experta señala que los conflictos emocionales pueden provocar conflictos de tiroides. «Si tengo hipotiroidismo tengo una lesión que se tiene que tratar médicamente. Pero también podemos buscar el origen emocional. Si encontramos el nudo podemos controlar la sintomatología», asegura Sònia Navarro. Recalca que «trabajar desde la medicina psicosomática es trabajar desde una perspectiva holística. Las personas somos cuerpo, mente y emociones».

Enfermedades

Empeorar, estabilizar o mejorar una enfermedad. Es el poder que tienen los factores psicológicos emocionales. «Cuando existe una enfermedad psicosomática debemos trabajar a través de la psicoterapia el origen y entender el proceso», explica la psicoterapeuta.

¿Qué enfermedades son psicosomáticas? Las dermatológicas. «El acné o la psoriasis tienen un origen emocional. Son un mecanismo de protección para que la gente no se aproxime a nosotros. Nuestra intención inconsciente es que la gente no se acerque», detalla Sònia Navarro.

Cuando una gripe nos deja fuera de combate el mensaje que transmite nuestro cuerpo no puede ser más claro: «Nuestro cuerpo nos avisa que como no disfrutamos de un espacio emocional lo tendrás de otra manera. Nos obliga a quedarnos en la cama y aislarnos del mundo», detalla la psicoterapeuta.

El síndrome de fatiga crónica es otro ejemplo. «Cuando tenemos dolores emocionales internos y muy profundos, y que nunca hemos expresado, llega un momento en que nuestro cuerpo no puede más y sentimos un dolor intenso y real», describe la psicóloga.

Y qué decir de las alergias. Según Sònia Navarro «cuando alguien sufre de alergia muchas veces es porque siente una aversión hacia otra persona que le cuesta tolerar y es una manera de alejarse del conflicto». Sea como sea debemos saber interpretar la información que nos da nuestro cuerpo.