¿Dónde son más felices, en Dinamarca o Suecia?

La felicidad es subjetiva y no es un estado permanente. Aprender a valorar las pequeñas cosas del día a día nos ayudará a alcanzar un estado pleno de satisfacción

19 mayo 2017 16:13 | Actualizado a 24 diciembre 2019 23:21
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¿Cuál es el secreto de la felicidad? Si lo supiera alguien dejaríamos de hacernos esta pregunta cuando empezamos un año nuevo, cuando cambiamos de pareja o cuando dejamos un trabajo. El Hygge y el Lagom han invadido las redes sociales con el objetivo de dar con la fórmula mágica que nos permita ser felices. Desde Dinamarca y Suecia llegan estas corrientes de pensamiento. Teorías con las que reflexionar sobre nuestra riqueza emocional y nuestra manera de afrontar la vida. «La felicidad es un estado de satisfacción, una emoción que se produce cuando alguien cree haber conseguido una meta deseada. Es una sensación interna de satisfacción y de alegría. Es como tomar la decisión de ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío», detalla la psicóloga sanitaria, sexóloga y psicoterapeuta Sònia Navarro.

Ya sabemos la definición. ¿Pero cómo alcanzamos la felicidad? Los suecos y los daneses nos dan algunas pistas. «Lagom es una palabra sueca cuya traducción viene a ser ‘ni mucho ni poco, en la justa medida’. La felicidad no es tenerlo todo. Está en la moderación y el equilibrio», detalla la experta.

Las pequeñas cosas del día a día nos pueden hacer felices si aprendemos a valorarlas como es debido. «El Lagom nos enseña a valorar las cosas cotidianas y las acciones del día a día», añade Sònia Navarro.

El Hygge llega desde Dinamarca

Es un concepto más acogedor. «Que los gestos cotidianos y pequeños de la vida, como hacer magdalenas en casa, ver una película, hablar con alguien, tomar un té, etc. se pueden convertir en momentos de felicidad», explica Sònia Navarro. «Es tomar conciencia de lo que se vive en cada momento», añade. Más de lo que quisiéramos estamos con nuestros hijos y pensamos en el trabajo, o viceversa. «Muchas veces vivimos experiencias o momentos en los que no ponemos toda la atención y conciencia en lo que estamos viviendo», advierte la experta.

La felicidad está en cada momento

Es un concepto muy complicado. Sònia Navarro nos recuerda que «no es un estado permanente. Son momentos en los que sentimos bienestar, sentimos un éxito logrado, etc. No hay ninguna persona que de forma continuada sea feliz». Lo importante es buscar este estado de bienestar de una forma más continuada, para no quedarnos enganchados en los pensamientos negativos. «La felicidad, para cada uno de nosotros es diferente, es un concepto subjetivo. Montar a caballo, tocar la guitarra, etc. nos puede hacer felices a unos y no a otros», afirma la psicóloga sanitaria.

Con las personas que no nos sentimos bien es importante tomar la decisión de relacionarnos lo menos posible o tener una relación más superficial. «Cuando alguien no nos hace sentir bien, alguien que se queja de todo y por todo, nos puede generar malestar a nosotros también. Es importante tomar la decisión activa de que esta persona esté en nuestra vida lo menos posible y cuidarnos de emociones negativas que sentimos con personas negativas», nos aconseja la experta.

¿El éxito da la felicidad?

«Más que en conseguir la felicidad nos hemos obsesionado en lograr el éxito, y que muchas veces se confunde con la felicidad», asegura Sònia Navarro, y añade que «la felicidad no depende de las cosas que tengamos sino de cómo las valoramos».

Pensamos que los éxitos nos darán la felicidad, pero no es real. Es la actitud de poder valorar lo que tenemos donde está la felicidad. «Al buscar el éxito siempre estamos pensando en lo que no tenemos y cuando lo tenemos no lo disfrutamos porque tenemos en mente el siguiente éxito», explica Sònia Navarro.

En la meditación encontraremos una gran amiga. «La meditación es muy importante para darnos cuenta de que, por ejemplo, pasear por la playa puede generar felicidad. Es una meditación en movimiento. Si estás presente en el presente estás bien, el problema es que siempre estamos pensando en el pasado o en el futuro», concluye la psicoterapeuta.

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