El ayuno intermitente, ‘purgar’ los excesos

Riesgos y beneficios. Esta propuesta es de ayuda si la alimentación, el ejercicio y el descanso están controlados

04 febrero 2018 18:13 | Actualizado a 04 febrero 2018 18:18
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Sirve tanto para perder peso como para mejorar la salud. El trasfondo del ayuno intermitente es ‘purgar’ los excesos alimentarios durante un tiempo. «Es una propuesta dietética que parte de la base de dejar de comer durante un período de tiempo. Aunque no es una propuesta nueva, el ayuno intermitente (intermittent fasting) puede parecer sencillo pero hay una infinidad de versiones y modalidades», explica la dietista-nutricionista Rosa Baró, del Centro Alomar de Reus. 
De hecho, entre las celebrities arrasa la modalidad 16/8, que consiste en permanecer 16 horas en ayunas e ingerir todos los alimentos del día en 8 horas. Al respecto, la experta en nutrición recalca que es frecuente «relacionar el ayuno con cerrar la boca y no comer, en el caso de querer perder peso. Resulta una estrategia muy simple pero no sostenible durante el resto de nuestras vidas». 
«El ayuno intermitente trataría de replicar las condiciones reales de nuestros antepasados que no comían tantas veces al día, como nosotros que hacemos cinco comidas: desayuno, almuerzo a media mañana, comida, merienda y cena», asegura Rosa Baró y añade que «esta propuesta puede ser de ayuda cuando tenemos los tres pilares de la salud controlados, es decir, la alimentación, el entrenamiento y el descanso». 

La restricción de calorías mal planteada siempre supone una pérdida de músculo

Modalidades
El ayuno intermitente puede clasificarse por períodos, es decir, diario, semanal y mensual. Dentro de cada uno de ellos es posible encontrar diferentes versiones. Por ejemplo, en la modalidad diaria se distinguen dos períodos diferentes, unas horas en las que no se ingiere ningún tipo de alimento y otras horas en las que se puede comer. 
«Las versiones van desde 12 horas de ayuno seguidas, dentro de las que se encuentra el descanso nocturno, y las siguientes 12 horas se puede comer; hasta incluso llegar a un máximo de 20 horas sin ingerir ningún alimento», explica la dietista-nutricionista. 
En cambio, la modalidad semanal, según explica Rosa Baró, incluye el ayuno de un día completo cada siete días o de dos días de ayuno por semana separados por dos o tres días; mientras que practicar el ayuno mensual supone estar dos o tres días seguidos sin comer cada mes. En las horas de ayuno la dietista-nutricionista explica que se puede beber agua, café, tés o infusiones sin azúcar y recuerda que «no funciona comer mal, es decir, alimentos procesados, refrescos o snaks, y luego hacer ayuno».

Riesgos vs. beneficios
Rosa Baró explica que en los últimos diez años podemos encontrar algunos artículos científicos que describen los beneficios y riesgos que se observan en este tipo de prácticas, sobre todo si no existe el control de un profesional dietista-nutricionista. «Los beneficios del ayuno intermitente todavía no son del todo claros, pero sí que está claro que no se obtienen beneficios extra por el hecho de realizar ayunos más de un día seguido, en cambio sí que incrementan los riesgos», asegura la experta en alimentación.

La dietista-nutricionista enumera como «posibles beneficios», del ayuno corto y controlado, «la pérdida de peso conservando la masa muscular, la mejora de algunos parámetros bioquímicos analíticos que responden a la inflamación, y también el perfil lipídico, el riesgo cardiovascular o la diabetes». 

De lo contrario, los riesgos van desde la pérdida muscular si el ayuno no se realiza correctamente o no se practica ejercicio físico, enlentecimiento del metabolismo lo que boicotea la pérdida de peso y a la larga se aumenta de peso, disminuye el azúcar en sangre hasta niveles peligrosos, dolor de cabeza, irritación, etc. 
En cualquier caso, hay una parte de la población que quedaría excluida de esta propuesta dietética. «Para las personas que comen de forma compulsiva y sobre todo alimentos superfluos y procesados; las personas que no practican deporte porque la restricción de calorías mal planteada siempre supone una pérdida de músculo; y las personas vulnerables como niños, adolescentes, ancianos, mujeres embarazadas o lactantes, personas que padecen trastornos alimentarios, etc. el ayuno no se puede recomendar», explica Rosa Baró.

Información
Antes de aventurarse a iniciar un ayuno intermitente, la experta recomienda «informase individualmente de esta práctica dietética y conocer la situación metabólica personal, ya que no es la solución global a la obesidad que sufre nuestra población». En este sentido, Rosa Baró recuerda que el ayuno intermitente puede ser una herramienta pero no para todo el mundo. «Si buscas mejorar la salud es mejor aprender a comer bien y practicar actividad física, siempre bajo la supervisión de un profesional». 

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