'El bufón no va con nadie, yo me río de todos'

Goyo Jiménez actuará mañana en el Palau Firal i de Congressos de Tarragona en una gira por España

28 julio 2017 08:51 | Actualizado a 28 julio 2017 09:31
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Goyo Jiménez (Melilla, 1970), es un cómico, actor y presentador de televisión español. Estudió derecho en la Universidad de Castilla-La Mancha y artes escénicas en la RESAD (Real Escuela Superior de Artes Dramáticas) en Madrid. Al margen de sus colaboraciones en radio y televisión donde más es conocido es por sus actuaciones en el formato del Stand Up Comedy. Dos días antes de su visita a Tarragona para su espectáculo hablamos con él con motivo de su nueva gira, que arrancó el pasado mayo y que se podrá disfrutar en diferentes ciudades hasta el mes de octubre. Bueno, y de alguna que otra ‘cosilla’ aparte también. Él tiene para todo.

He leído por ahí que estudiaste derecho. Como humorista es una cualidad muy peculiar. ¿Cómo acabaste ahí?

(Risas) Bueno, estudié derecho pero también arte dramático en la RESAD. Entonces siempre digo lo mismo: ‘el derecho es una carrera calma-padres’. Pero no lo hice yo solo. El humorista más grande de la historia en mi opinión, Molière, también era abogado y humorista. Pero te viene bien porque luego te conviertes en humorista y empresario y te ayuda un poco con el mundillo.

En tus principios como humorista, ¿en qué otro cómico te fijabas para seguir sus pasos?

La verdad es que nunca tuve un referente que quisiera ser. Me gusta el trabajo de mucha gente pero nunca decir: ‘quiero ser como tal’. Me he reído con mucha gente y luego tuve la oportunidad de trabajar con ellos. Y bueno… Había cosas que me gustaban de este y de otro pero nadie así en concreto.

Entonces podemos decir que hay un panorama humorístico en este país bastante amplio. Me gusta este y este pero sin dejar de decir: ‘oye, quiero forjar MI nombre’

Sí, sí, pero es que nos pasa a todos. Mira, de hecho, yo nunca me planteé ser humorista. [Yo] quería ser actor, escritor… Poeta… Pero la vida me llevó a esto pero porque la gente se reía con lo que yo decía. No es eso que dices: ‘es un sueño’… No creo que haya un niño que quiera ser humorista. De niño quieres ser astronauta, médico, bombero pero humorista… No sé. Alguien que te diga: ‘yo quería ser humorista de pequeño’, no… No creo vamos. También es cierto que desde niño tenía aptitudes para montar el numerito y siempre me ha gustado hacer reír a mi familia con mis tonterías. Pero de ahí a pensar que sería mi vocación y se iba a convertir en mi oficio… Además, yo quería hacer teatro, cambiar el mundo con el teatro, Y el mundo me cambió a mí. Esto también le pasa a Molière, por cierto.

Bueno, dentro de lo que cabe tienes a Molière como… La figura, ¿no?

(Risas) Bueno, es cierto que seduce mucho porque fue el primero que combinó el ser cómico con ser crítico en el teatro moderno. Y me parece interesante por eso. También te tengo que decir que no tengo posters en mi habitación.

Mira, esa reflexión me da pie a preguntarte lo siguiente: tú que eres humorista, ¿para ti qué misión tiene el humorista? ¿Hay alguna responsabilidad social detrás?

Creo que todo oficio tiene una responsabilidad social: ser padre tiene una responsabilidad social. Padre o madre, ¿eh? Si tú no educas bien a tus hijos lanzas a la sociedad niños maleducados o con educación defectuosa que acaban generando un problema a la sociedad. Ser conductor tiene una también. La sociedad actual es más intrincada y enlazada y todo tiene una responsabilidad social. Hacer humor también tiene una implicación social porque si se destruye es para reconstruir. Lo que no soy partidario de la destrucción porque sí.

'Siempre digo que derecho es una carrera calma-padres'

Hay una cita tuya, famosa de hecho, que es: ‘La obligación del humorista es reírse de todos’.

En la cual creo firmemente. Primero como persona tomar partido es saber que empiezas a decepcionarte porque… Porque es inevitable. Especialmente si eres un iluso como yo. Y segundo que si tú no eres capaz de reírte primero de ti y luego de los demás, no puedes decirle a la gente ‘vamos a reírnos de todo’. Si quieres bromear sobre política o algo tienes que demostrar que no eres partidario porque si no la gente pensará que estás haciendo proselitismo [ganar seguidores ara una causa o doctrina] y empezarán a dudar de ti. Y si alguien no va con nadie es el bufón. El bufón no va con nadie. Se ríe de todos.

Y de sí mismo.

El primero. Si se tomase en serio… Mira, si cada vez que me dijeran que no tengo ni puñetera gracia y me lo tomase en serio, pues claro que no la tengo. Mientras no se dé cuenta la gente pues me seguiré aprovechando. (Risas) Pero es cierto que veo a gente hablar con una potencia y seriedad que no los relaciono con nuestro género, son más propios de otros en todo caso, ¿no? Algunos cuando atacan el humor yo contesto con humor. La doctrina cristiana de poner la otra mejilla, ¿no? Algo que se lleva mucho en este país.

Te pediré una opinión. Estos años está el debate de la cultura muy presente...

Creo que la cultura está mejor de lo que nunca estuvo antes. Al margen de las subvenciones a fulanito o a menganito. Creo que su finalidad es tener un pueblo más culto y más educado. Pero el problema es separar cultura de educación. Ahora hay una diversidad de culturas brutal, ¿no? Podemos considerar cultura lo que hago yo o lo que hace Mujeres y hombres y viceversa. ¿Por qué no? Son culturas, culturas, subculturas… Carpetas y subcarpetas… La cuestión es si la cultura revierte en la mejora de la sociedad. Porque si no hablaremos de qué es cultura, qué no es y si eso no revierte en la mejora de la sociedad algo mal hacemos. Y la separo de la educación porque la cultura debe tener un ámbito pedagógico. Si no ofrece esta mejora, no se puede respaldar. Es mero entretenimiento, no tiene nada de malo tampoco pero…

O sea, lo que entiendo yo de esto es: el entretenimiento por mero entretenimiento perpetuado no es bueno.

Exacto, exacto. Mira, la discusión de la cultura no es más que una discusión por los servicios públicos. ¿Cómo se gestionan estos? Evidentemente podrían gestionarse bastante mejor de lo que se gestionan ahora. Pero creo que igual que hace falta un pacto estatal por la violencia de género, igual que hace falta un pacto estatal por la mejora d ela justicia, por la educación… Hace falta uno para la mejora de la cultura. Y entender que esta no se arregla sólo poniendo más dinero, que hay que poner más dinero; sino gestionando mejor, interviniendo menos y dejando que la democracia funcione. Que la gente decida: ‘qué hago con mi dinero’. No administrárselo todo el rato. La gente decide si lo gasta en entretenimiento o lo gasta en cultura, o lo gasta en cultura entretenida.

Lo de ‘cultura entretenida’ me ha llamado la atención.

Es enseñar realizando. Es disfrutar con la toma de la cultura. No que suponga un suplicio e incomprensión. Mira, un ejemplo práctico: La cultura debe tener un punto de seducción si quiere vivir del espectador. Y si quiere vivir del espectador debe haber un punto de coito. Porque si no entra a un terreno que, con perdón, es sólo masturbación.

Volvemos a tu trabajo. Te haces famoso por los monólogos de ‘americanos’. ¿Cómo se te ocurrió esa idea?

Si te digo la verdad, siempre he sido bastante cinéfilo y seguidor de la ‘tele’. Hago bromas con esas cosas que sólo ves en series y películas que yo no veía en Albacete. Esos desayunos con zumos de naranja a litros y te preguntas: ‘¿Eso dónde pasa?’. Y de ahí se me empezó a ocurrir hablar de ello, crear un mundo idílico a partir del escenario de las series y las películas para mostrarlo como referencia y así criticar nuestro ‘modus vivendi’. Igual que hacía por ejemplo Cyrano de Bergerac que viaja a la luna para criticar el mundo de la Tierra desde las alturas. Y he descubierto que es así en Barcelona, en Lisboa o en Buenos Aires. Porque si hay una forma con la que nos han romanizado es con esta cultura de televisión y de cine. Decía Ronald Reagan que si Hollywood vende América vende. Y no le falta razón. El sistema consiste en generarnos una cultura y unos iconos y los queremos. Queremos ese Mustang, esa hamburguesa, vestir así y todo lo demás. Y lo bonito es que vas a Colombia por ejemplo y la reacción del público es igual que la de Albacete.

El nombre de la gira es Más difícil todavía: ¿más difícil todavía el qué? ¿Por qué?

(Risas) Todo. El circo usaba esta expresión para indicar que el número que iba a hacer el funambulista era aún más difícil de lo que ya había asombrado. Y esto significa que ahora tengo que superar todo lo que he hecho como artista para mostrarlo al público. Pero además significa que todos estamos metidos en este ‘más difícil todavía’. Si quieres un nuevo móvil, tienes que superar el anterior. Si quieres superar la ruptura de tu pareja, tendrás que ser mejor: más bronceado, más… Nos hemos metido en un frenesí innecesario. ¿De verdad hace falta sacar algo nuevo? Pues nos damos cuenta que las empresas sacan algo nuevo para cubrir la necesidad de la gente de ‘algo nuevo’. Algo más difícil, que nos supere. Y este es el caso: o me apabulla y me asombra y tal o no compro la entrada, ¿no? O no compro el móvil o no compro lo que sea. Hablo de eso. Del frenesí en el que nos hemos metido.

Respecto a este sábado, ¿alguna vez viniste antes a Tarragona?

Sí, sí, sí.

Hay diferentes artistas que tienen diferentes patrones para elegir una ciudad en la que actuar. ¿Tú tienes alguno en concreto?

A ver a mí… Primero Tarragona es una ciudad que me gusta. Pero vamos, elijo Tarragona porque creo que hay un interés por el trabajo que puedas mostrar. Crees que aquí puede interesar tu trabajo. No se trata muchas veces de decir: ‘Voy aquí porque hay playa y me baño o voy ahí y como’. Se trata de que uno hace una serie de sondeos, más bien amateur, y confías en el olfato de los promotores locales y apuestas por esta localidad. Estuve varias veces en Tarragona y ha funcionado muy bien. Repetimos porque creemos que hay una respuesta positiva y la venta de entradas nos da la razón. Y ya te digo que en Tarragona no actué nunca, en Tarragona capital nunca. Fui invitado de la boda de Iniesta que actué en su boda y tal y me encantó Tarragona. Y te preguntas: ‘¿Y aquí por qué no vienes?’ entonces empecé a mover hilos y buscar la forma de ir a actuar.

Y para acabar. Este sábado, ¿qué nos traerá Goyo Jiménez? Veremos a más americanos, veremos al Goyo más serio con los recursos de la cultura…

(Risas) No… Bueno, es un poco de lo que te he dicho antes, ¿no? Hacer broma sobre el siguiente número. Sobre lo que se nos viene encima. Hablar de lo que pasará en unos años, lo que pasará con la tecnología, con las relaciones humanas, la comida, el mundo que se nos viene encima y cómo superarlo. Es una broma con todo esto. Por ejemplo, hablo de inteligencia artificial. Últimamente me he interesado por la ciencia y he tomado contacto con ella. Al estar en contacto durante tiempo pues es inevitable sus repercusiones en el material que escribo y me gusta informar a la gente y bromear con cosas como la tecnología y hacia dónde nos pueden conducir. Por ejemplo, tenemos ya coches autónomos. ¿Y cómo será el tren autónomo, y el avión autónomo…? O el robot de casa. Una máquina en casa que limpia. Explicar qué es un robot, que es una máquina pensante, sabe lo que hace. Hacer bromas con lo de, por ejemplo: ‘que nos quitarán el trabajo’ y cosas así. Esos escenarios posibles de los que bromeo pero que puede pasar. Sobre todo que con la broma pensemos en todo esto. Otro ejemplo es la gente de ahora que dice que no le gusta leer en papel prefiere leer en libros electrónicos es la gente que antes rechazaba el papiro porque prefería la tablilla de arcilla.

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