El calor, ¿saca lo peor de nosotros?

Las personas que ‘odian’ el verano se sienten más tristes y enfadadas con el termómetro por las nubes y más horas de luz

09 agosto 2017 10:05 | Actualizado a 09 agosto 2017 10:13
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No hay tregua en agosto. Las temperaturas siguen por las nubes. Y nuestro ánimo también se asfixia cuando el termómetro sobrepasa los 30 grados. El calor, ¿nos pone de buen o mal humor? Según la psicóloga Olivia Sacristán, efectivamente, el clima afecta a nuestro estado de ánimo. De hecho, hay un trastorno, que se relaciona con éste, y está catalogado como Trastorno Afectivo Estacional (TAE). «Es un tipo de trastorno depresivo en el que el episodio depresivo mayor de una persona está conectado a una estación específica. Una minoría de personas también experimenta este trastorno durante la primavera y el verano. El calor, al igual que la lluvia constante, sacan lo peor de nosotros», afirma la experta. Hay estadísticas que apoyan esta teoría.

Según Olivia Sacristán por un lado existen los amantes del verano (17%), que se sienten más felices, con menos enfados y miedos en los días de sol y altas temperaturas. «Estas personas se ven afectadas en mayor medida en los días de lluvia, en que sentirán más ansiedad y enfado», afirma la experta. En el lado opuesto están los que odian el verano (27%), que se sienten más tristes, con más miedo y/o enfado con el termómetro por las nubes y más horas de luz. «Evidentemente se sienten más apaciguados en días lluviosos», añade. Y después está el resto de la población, cercana al 50%, que no experimenta cambios de humor relacionados con el clima.

¿Motivo de conflicto?

Según la experta Olivia Sacristán, existen diversos estudios que también «demuestran, por ejemplo, que hay una relación entre la agresión humana y las temperaturas altas. A medida que subía la temperatura, los investigadores observaron que los conflictos intergrupales, y también interpersonales lo hacían. Existen otros estudios que han confirmado que a temperaturas más altas (al igual que con más lluvia) disminuye la satisfacción con la vida». 

Cuando el calor no es extremo los efectos son positivos

Lo único que nos queda, como casi todo en la vida, es ‘tomarnos con humor’ las altas temperaturas. «Con flexibilidad y tomando las cosas según vienen la situación mejora. Parece ser que los hombres ante una variación inesperada del clima simplemente cambian sus planes, mientras que las mujeres no tienden tanto a cambiarlos, con lo que el efecto sobre el estado de ánimo sería mayor en ellas», asegura Olivia Sacristán. 

Cambios fisiológicos

Además del estado de ánimo, las altas temperaturas durante los meses de verano también nos afectan fisiológicamente, e incluso nos pueden producir, según la psicóloga, calambres por deshidratación y pérdida de electrolitos, edemas por la dilatación de los vasos sanguíneos, erupciones porque los poros por los que debe salir el sudor se bloquean o cansancio. Y como cabe esperar con las olas de calor la cosa no mejora. «Confusión, mareo, vómitos e incluso pérdida de consciencia son algunos de los efectos más graves», asegura la experta.

Remedios caseros

Utilizar ropa fresca, de tejidos naturales como por ejemplo el lino, y mantenernos bien hidratados, principalmente bebiendo agua, son algunas de las estrategias a seguir para que nuestro estado de ánimo no decaiga en verano. Tampoco deberíamos realizar actividad física en las horas más calurosas del día.

Nunca hay que perder la esperanza. Sobre todo si el calor no es tan extremo. En este caso, según Olivia Sacristán «nos activamos, tenemos más ganas de relacionarnos, de conectar con otros, de realizar actividades, nos sentimos más positivos y felices». En definitiva, es tiempo de vacaciones, tiempo libre y de felicidad. Que el calor no estropee lo bueno que tiene el verano.

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