´El maestro del agua´, drama sobre la devastadora batalla de Galípoli

Russell Crowe se ha consagrado como el héroe por antonomasia del universo cinematográfico, ya sea de los de leyenda o de los de la vida real. Ya lo hizo en el inolvidable ‘Gladiator’ con el que ganó el Oscar en 2001, pasando por ‘Robin Hood’, el padre de Superman en ‘El hombre de acero’, el capitan de ‘Master and Commander’ o el Noé bíblico. También dio vida a otros héroes de músculos menos esculpidos pero igual de apetecibles, como el incorruptible policía al que daba vida en ‘American Gangster’ o el brillante matemático John Nash de ‘Una mente maravillosa’.

Ahora, con ‘El maestro del agua’, además dirigir por primera vez interpreta al personaje principal, Joshua Connor, un granjero australiano que viaja a Estambul para descubrir qué ha pasado con sus hijos, declarados desaparecidos en combate en la batalla de Galípoli, en Turquía, durante la Primera Guerra Mundial. Crowe aborda el relato de la devastadora batalla cuando se cumplen cien años de ella.

Es una historia atractiva que ha sido contada en numerosas ocasiones (quizás la más explícita fue ‘Gallipoli’, de Peter Weir, estrenada en 1981 y protagonizada por Mel Gibson), pero que en esta ocasión Crowe le da una perspectiva más fresca, la mirada desde el lado turco de la contienda. Esa ‘mirada turca’ descansa en el personaje del comandante Hasan , un oficial turco que luchó en la batalla y que prestará su ayuda a este tenaz padre de familia en la búsqueda de sus vástagos. Asimismo, forjará una relación con Ayshe (Olga Kurylenko), una hermosa mujer que regenta el hotel donde se hospeda a su llegada a Estambul y que perdió a su marido en la misma guerra. Una historia de amor y de fe que permite al director ofrecer una visión antibelicista del conflicto, mostrando que términos como el heroicismo, la valentía o la compasión no son exclusivos de un bando, así como la tristeza o la pérdida son sentimientos compartidos.

El resultado es una aventura épica rodada con mimo que, de alguna manera, recuerda al esplendor del antiguo Hollywood.