El relevo ya ha llegado

El primer Festiuet de Valls cierra con la nueva hornada de público y grupos ‘underground’

14 agosto 2017 09:37 | Actualizado a 14 agosto 2017 09:54
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Fajitas y smoothies de food truck o bocadillos de lomo, bacon, longaniza y chistorra a la parrilla en la típica barra de los conciertos. Anochece y hay cola para pedir la cena. Todavía queda melón y sandía del mediodía. La fideuá se ha acabado. La oferta gastronómica del Festiuet de Valls es tan variada como los grupos que pasan por su gran escenario. 

Un festival sin clásicos, pero con mucho presente y futuro. Con rap y rock. Reivindicativo. Sin melenudos, pero con camisetas de Riot Propaganda, Lágrimas de Sangre y Smoking Souls. Savia nueva para aquellos que pasan de reguetón y postureo indie. Lo más tradicional de esta primera edición es una exhibición castellera de la Colla Vella de Valls y la Colla Jove de Vilafranca y la actuación de los madrileños Boikot, banda con más solera del cartel.

Visión de futuro

Los chavalería es mayoría entre el público. Se confirma el relevo generacional en este tipo de festivales. Durante el día se vive en las tiendas de campaña que pueblan la zona de acampada. Hay quien se refresca en una minipiscina de plástico a modo de jacuzzi sin burbujas. Buen ambiente. Civismo. Si te piso en un arrebato de descontrol escuchado a Tote King, me disculpo. El ruido tampoco incordia a los vecinos porque no hay. La juerga es a la afueras de la ciudad, en el polígono industrial. 

Festiuet ha iniciado su andadura con un programa ambicioso y asumible a la vez. Con visión de futuro. Sembrando. Diecinueve grupos y cuatro DJ durante dos días intensos. Riot Propaganda y los italianos Talco asomaban como cabezas de cartel. Y hubo hasta acústicos el sábado por la mañana. El formato ha funcionado: cerca de 3.000 asistentes cada día. No está nada mal para empezar.

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