El youtuber de Tarragona que no paga ni luz ni agua

Este peculiar vecino de El Serrallo vive, por voluntad propia, en un piso sin electricidad. Usa baterías recargables y se ducha en la piscina pública

19 mayo 2017 15:50 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:21
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Dani no tiene electrodomésticos en su casa. Tampoco timbre. Cocina en un hornillo a gas y consume lo que compra en el día o va a restaurantes. Vive sin electricidad ni agua corriente. No le hace falta. Para alumbrase usa linternas y baterías recargables que dan potencia a bombillas de doce voltios. Para limpiar utiliza agua que coge en garrafas en una fuente pública del barrio tarraconense de El Serrallo, donde reside desde hace poco más de un año.

«No quiero estar enganchado a facturas continuamente, son un saco roto en el que sale más de lo que puedes echar.Me he organizado la vida para gastar sólo en los imprescindible. Sólo tengo dos recibos, el del alquiler del piso y el del teléfono móvil», asegura este peculiar pelirrojo de larga y frondosa barba. También paga 16 euros al mes para poder acceder a la piscina municipal que hay cerca de su casa. Allí se ducha.

Es un tipo legal y afable. «No hago nada ilegal. Tengo amigos okupas que me han dicho que me pueden enganchar la luz y el agua si quiero, pero les he dicho que no. Eso es robar». Recarga las baterías –de 12 voltios– y el móvil en su furgoneta, su bien más preciado y con la que le gustar salir de excursión siempre que puede. 

‘Trabajo y cotizo’

Trabaja en una subcontrata del sector de la limpieza. Desempeña su labor en diversos lugares de la provincia. Es milerurista. «No hago nada malo. Pago los impuestos igual que los demás ciudadanos. Trabajo y cotizo. Pero no quiero gastarme mi dinero en pagar a las eléctricas».

Dani (Barcelona, 1981) tiene 527 seguidores en su canal de Youtube La bendición del holandés errante. El nombre es un guiño al país de su padre, paisano de Van Gogh. Su madre es de Granada, donde él paso buena parte de su infancia. Graba los vídeos mientras conduce su vehículo o pasea por las calles de Tarragona. Explica cómo se lo monta para llevar una vida plena sin depender de enchufes o hace alegatos en favor de la energía solar. «Vivo bien con lo que necesito. No tengo televisión ni radio. Prefiero las relaciones personales o ir al cine».

Para subir sus andanzas a la red se engancha al wifi de los bares y restaurantes del barrio. No lo hace por la cara, habitualmente se toma algo mientras los cuelga. «Mi salón es móvil, si internet no funciona bien en un lado, me voy a otro», bromea.

Este holandés errante de vida austera fue años atrás un fotógrafo autónomo afincado en Madrid... en un casa con gas natural fibra óptica e incluso jardín. Llegó a pagar 600 euros al mes en facturas de gas y luz. Entre sus clientes estaban conocidas compañías como Google, Guetty Images o Vogue. Pero tuvo que cerrar la empresa y se vio currando a turnos en un Media Markt y en los call centers de Vueling y American Express. Tras doce años en Madrid decidió cambiar de aires y embarcarse en un viaje a Bélgica. Pero recibió una oferta de trabajo de Tarragona y se vino para acá.

Su próximo retos es hacerse con un frigorífico trivalente, como los que se usan en los camping y las autocaravanas, para tener más autonomía en su cocina y conservar carne y pescado. Yla idea que le ronda por la cabeza es mudarse a un velero en el puerto de Tarragona. Ya lo tiene mirado y se lo está planteado seriamente. Junto al mar dispondría de electricidad, agua corriente y hasta wifi.

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