Tratar de cuadrar agenda con ellas es casi misión imposible. Cuando no tienen yoga, van a zumba, baile en línea, teatro, pintura, aquagym, cantan... o ese día simplemente les toca recoger al nieto en la escuela. ¿Y qué decir del fin de curso? Estos días, entre ensayos y comidas, no hay quien las encuentre en casa.
Son las abuelas superactivas, toda una legión de mujeres que por fin encuentra tiempo, pasada la edad de la jubilación, de hacer actividades que algunas ni habían soñado. Cuatro de ellas nos relatan su día a día.