Feminista Ilustrada: humor contra el machismo

Las viñetas de este blog corren como la pólvora en las redes sociales. Su clave es dar la vuelta a la tortilla mostrando un mundo al revés donde las mujeres se comportan como hombres

19 mayo 2017 17:10 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:55
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Una chica que se sienta con las piernas abiertas en el metro sin dejar apenas sitio al viajero de al lado, un disfraz de ‘vampiro sexy’, una mujer que le pregunta a un hombre qué hace solo en una discoteca... Así es el mundo al revés de feministailustrada, un blog creado por las andaluzas Helen Sotillo y María Murnau para luchar contra los micromachismos. Sotillo cuenta cómo se les ocurrió esta idea que triunfa en las redes sociales.

 

- ¿Cómo y cuándo se les ocurrió la idea?

- Llevamos un año en este proyecto que nació en noviembre de 2015. María, en pleno máster sobre género, identidad y ciudadanía en la UCA, quería poner en marcha un blog en el que hablara de situaciones machistas cotidianas y de un feminismo más actual y cercano. Al contarme la idea, como diseñadora y usuaria de redes sociales le dije que debería acompañarlo de imágenes si quería llegar a la gente.

 

- ¿Por qué creen que sus viñetas triunfan en las redes sociales?

- No nos esperábamos tanto éxito y estamos muy agradecidas. Creemos que cuando se comparte tanto algo es porque se suelen sentir muy identificadas... Al llegar a otros sectores, ajenos al ámbito feminista o poco familiarizados con él, creemos que les hemos abierto un poco los ojos, hemos hecho que reflexionen sobre situaciones machistas cotidianas que pasan desapercibidas.

 

- ¿Con humor las ideas entran mejor?

- Por supuesto. Gracias al humor podemos distanciarnos de la realidad y transmitir los hechos desde un punto de vista peculiar, distinto y más relajado, sin dejar de estar comunicando hechos verídicos. De esta forma podemos tratar casi cualquier tema creando artículos ilustrados amenos y sin que resulte en ningún momento pesado, algo que a veces echábamos en falta para que se ignore esa errónea etiqueta de «feministas amargadas».

 

- Tienen una legión de seguidores. ¿Cuántos?

- Pues casi 112.000, entre Facebook, Twitter e Instagram, que son nuestras principales redes sociales actualmente.

 

- Pero no todo el mundo entiende el mensaje. Llegaron a recibir mensajes muy desagradables. ¿Qué pasó? ¿Han parado?

- Hay gente totalmente ajena a la problemática de género y que lo ve como una amenaza. El semianonimato que envuelve a Internet permite que los trolls deambulen a sus anchas insultando, poniendo imágenes de mujeres con heridas y contusiones, y otras barbaridades... Tuvimos que restringir el acceso a la página a algunos países de Latinoamérica, ya que se organizaban para «atacar» en grupo. También desactivamos el buzón de la propia página de Facebook, con esto hemos conseguido frenarlo. No somos las únicas ni mucho menos, esto es algo que todas las feministas vivimos, dentro y fuera de internet.

 

- ¿Dónde nace la inspiración?

- La idea de las viñetas sale de nuestras propias experiencias personales, de la de nuestras amistades y familiares, del día a día en la calle, en un pub, en una oficina, de las series, las películas, la publicidad… Lamentablemente estamos rodeadas de pensamientos, actitudes y comportamientos machistas.

 

- ¿Cómo se financian?

- No recibimos ningún tipo de ayuda o subvención. Invertimos para sacar poco a poco algunos productos en nuestra tienda online que gusten a nuestro público. No hay un fin comercial, queremos poder seguir produciendo las viñetas (que hacemos de forma gratuita) y transmitir el mensaje.

 

- ¿Creen que este formato hace más fácil llegar a mujeres más jóvenes que no siempre tienen consciencia de temas de género?

- Por supuesto, pero no sólo a las chicas, también a los chicos. En la era digital en la que vivimos, donde todo va rápido y no hay tiempo para pararse a leer nada, es fundamental captar la atención en apenas unos segundos, y eso se consigue con imágenes. Las chicas tienen que «ponerse las gafas violetas», como se suele decir, para analizar y ser conscientes de la influencia de la cultura machista sobre nuestras vidas, y los chicos han de escuchar, empatizar para sumarse al cambio. Para darnos cuenta de los comportamientos machistas del día a día lo más efectivo es hacer un cambio de roles, invirtiéndolos, porque nos ‘choca’ verlo en otro género al que no estamos acostumbrados, y nos hace reflexionar de que algo no va bien.

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