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Ford ha conseguido su novena victoria para este motor deportivo y altamente eficiente, que fue ganador absoluto en tres ocasiones y mejor nuevo motor, y ya está equipado en uno de cada cinco vehículos Ford vendidos en Europa
El revolucionario EcoBoost 1.0 es campeón en su clase en materia de conducción, prestaciones, ahorro de combustible y tecnología. Los fundamentos de EcoBoost se están utilizando ahora en los nuevos motores diésel EcoBlue
El pequeño pero potente motor EcoBoost 1.0 litros de Ford ha sido elegido el mejor en su segmento en los Premios Motor Internacional del Año por quinto año consecutivo. El jurado ha alabado la combinación de conducción, prestaciones, ahorro de combustible y tecnología que sigue marcando estándares.
El frugal motor EcoBoost de tres cilindros fue designado “Mejor Motor por Debajo de 1.0 litros” por un grupo de 65 periodistas especializados en motor de 31 países, y lleva proclamándose ganador en su categoría todos los años desde su lanzamiento. Este año, acabó por delante de 32 motores competidores, 19 más de los que participaron en 2012. El año 2015 también vio un aumento significativo en la participación de fabricantes globales de automóviles de motores de menos de 1.0 litros con turbo e inyección directa.
En 2014, el motor EcoBoost 1.0 litros se convirtió en el primer motor que conseguía alzarse con el premio absoluto al Motor Internacional del Año durante tres años consecutivos. En 2012, también fue premiado como “Mejor Nuevo Motor”.
“El EcoBoost 1.0 litros fue un motor revolucionario en su momento y, pese a que otros han seguido nuestra estela, sigue siendo el referente en su segmento cinco años después”, afirma Joe Bakaj, vicepresidente de Desarrollo de Producto de Ford Europa. “El espíritu de la innovación sigue siendo nuestro impulso principal y, por ello, buscamos aplicar la misma manera de pensar para una nueva gama de motores diésel eficientes, limpios y potentes de pequeño tamaño”.
El motor EcoBoost 1.0, disponible en versión de 100 CV, 125 CV, 140 CV e incluso 180 CV en el Ford Fiesta R2 rally car, está equipado en vehículos de 72 países de todo el mundo. En formato 140 CV, el motor consigue una conversión de potencia por litro mayor que la de un Bugatti Veyron. Un Formula Ford homologado para su circulación por carreteras con una versión de 205 CV del motor logró una vuelta rápida de 7 minutos y 22 segundos en el famoso circuito alemán de Nürburgring, que le situó por delante de supercoches como el Lamborghini Aventador, el Ferrari Enzo y el Pagani Zonda.
Once modelos, incluidos el Fiesta, el EcoSport, el B-MAX, el Focus, el C-MAX, el Grand C-MAX, el Tourneo Connect y la Transit Connect, el Tourneo Courier y la Transit Courier y el Mondeo, están disponibles en Europa con este premiado motor. Uno de cada cinco nuevos vehículos Ford vendidos en Europa en 2015 incorporaban este motor de 1.0 litros, incluyendo al menos dos de cada cinco unidades de Fiesta.
La tecnología de los motores de gasolina Ford EcoBoost se está utilizando ahora en el más reciente motor diésel compacto de Ford, el EcoBlue 2.0 litros lanzado en la Ford Transit a principios de este año. Gracias al uso de un turbocompresor de baja inercia, inyección directa de alta presión, colectores integrados, correa lubricada y otros elementos de baja fricción, ofrece un incremento del 13 por ciento en eficiencia de combustible y un 20 por ciento más de par bajo.*
A nivel global, la potente pero eficiente gama EcoBoost incluye motores de cuatro cilindros de 1.5 litros, 1.6 litros, 2.0 litros y 2.3 litros, y motores V6 de 2.7 litros y 3.5 litros. Este último viene equipado en el nuevo Ford GT que volverá a competir en Le Mans a finales de este mes.
“Que haya ganado tres veces en la categoría absoluta y sigua obteniendo votos de los jurados destaca cómo de especial es el EcoBoost 1.0 litros de Ford”, afirma Dean Slavnich, copresidente de lo 18º Premios Motor Internacional del Año, celebrados en Stuttgart, Alemania, y editor en jefe de la revista Engine Technology International. “Es una fantástica demostración de cómo una reducción de tamaño y una mayor eficiencia de combustible no suponen sacrificar otras áreas como potencia o maniobrabilidad sino que, incluso, pueden ayudar a mejorar esos elementos.
