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Si usted es de los que ya ha visto el tráiler de la película, poco le podrán sorprender los giros que ofrece esta película de espías que aprovecha el tirón de la Guerra Fría (ahora que ha vuelto a ponerse de moda gracias a La forma del agua).
Lo más curioso es que el filme parte de una interesantísima propuesta. Dominika Egorova (Jennifer Lawrence) es una joven y hermosa mujer rusa que, tras la muerte de su padre, es reclutada por los servicios secretos de su país. Con el objetivo de ayudar a su madre enferma, ingresa en la Escuela Gorrión, donde aprenderá el arte del espionaje utilizando métodos de seducción, un sistema muy eficaz para sacar información a los informadores enemigos. Su primer objetivo será un agente novato de la CIA afincado en Rusia, llamado Nate Nash (Joel Edgerton), que resulta ser quien maneja los activos de la organización en el lugar. Uno de esos activos es Mármol, un topo que lleva años infiltrado en las altas esferas del servicio de inteligencia exterior ruso.
Por eso a Dominika le encargan la misión de descubrir la identidad del topo, un cometido fundamental. Pero de forma paralela ella se embarcará junto a Nate Nash en una espiral de amenazas, engaños y atracción sexual que pondrá en peligro tanto sus carreras como la seguridad de sus respectivas naciones.
Nada nuevo bajo el sol. El hecho de que repitan, además, el director de las tres últimas entregas de Los Juegos del Hambre (Francis Lawrence) y su protagonista (Jennifer Lawrence) no logra el grado de seducción que se podría esperar. El otro aliciente es que Gorrión rojo es uno de los últimos títulos que había previsto rodar Jennifer Lawrence antes de su retirada temporal de los platós. Al menos, es su anunciada intención.
Gorrión rojo, sin embargo, consigue buenos momentos de acción y tensión. El propio Francis Lawrence es un especialista a la hora de sacar adelante este tipo de películas. Antes de Los Juegos del Hambre, ya había dirigido a Will Smith en Soy leyenda (2007) y a Keanu Reeves en Constantine (2005).
Pero si algo destaca por encima de todo es... Jennifer Lawrence, que no se corta ni un pelo en demostrar que es una verdadera estrella de la gran pantalla. Su potente descaro incluye como arma de seducción alguna escena de desnudo, hecho que, según confiesa ella misma, le costó «ya que no estaba acostumbrada a desnudarme delante del equipo técnico».
Por cierto, el hecho de que espías rusos y americanos trabajen juntos no es nada nuevo. Lo vimos recientemente en Operación U.N.C.L.E y anteriormente en Danko: calor rojo. Este otro rojo, el Gorrión (Jennifer Lawrence), al menos logra darle cierto empaque a la película. Es como el thriller El espía que surgió del frío (1965). Y el espectador no es de hielo.
‘Sin rodeos’
Paz tiene una vida aparentemente perfecta… pero algo falla. Se siente angustiada y agobiada, hay algo que no funciona. En su desesperación acudirá a la consulta de un ‘sanador’ indio, que le ofrece la solución a sus problemas: una poción a base de plantas milenarias para liberar su tensión. Primera película dirigida por Santiago Segura fuera de la saga ‘Torrente’.
Basada en la heroica historia real del incendio forestal que asoló Prescott, Arizona, en junio del año 2013, esta película se centra en los acontecimientos que vivieron los bomberos de Granite Mountain Hotshots durante su lucha contra este terrible y catastrófico incendio.
‘El hijo de Bigfoot’
Filme de animación en que el joven y simpático Adam emprende una misión épica para intentar descubrir el misterio que esconde la desaparición de su padre: y descubre que su padre es nada menos que el legendario Bigfoot. Adam rápidamente se da cuenta de que él también está dotado de un DNA especial, con unos superpoderes que jamás hubiese imaginado.
