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Los datos son elocuentes: las mujeres apenas representan este curso el 12,31% de los nuevos alumnos de la Escola Tècnica Superior d’Enginyeria (ETSE) de la URV y el 25,35% de los de la Escola Tècnica Superior d’Enginyeria Química (ETSEQ).
Hoy una iniciativa trata de comenzar a darle la vuelta a la tortilla, se trata de la jornada de puertas abiertas Girls’Day, que realizan las escuelas de ingeniería junto al Observatori de la Igualtat de la universidad. En estas jornadas (el 1 de marzo acudirá otro grupo) 200 alumnas de tercero de la ESO de 22 institutos de la provincia realizan visitas guiadas, experimentan en los talleres y conocen el testimonio de ex alumnas de la URV.
Pero ¿por qué si las mujeres son mayoría en la universidad, todavía apenas estudian carreras técnicas? Justo antes de entrar a la jornada María, de 14 años, que está decidida a estudiar ingeniería informática no encuentra razones: “tal vez a las mujeres le interesan otras cosas”. En el mismo grupo su compañera Anna apunta que “los chicos se ven más valorados y las chicas, independientemente de su capacidad, que la tienen, y mucha, no se ven capaces y ya ni siquiera se atreven a estudiar una ingeniería”.
Los hechos confirman que no, que no es cuestión de capacidad, el director de la ETSE, Domènec Puig, reconoce, de hecho, que sus estudiantes mujeres tienen, en general, un desempeño muy bueno y explica que suelen estar entre las que obtienen mejores calificaciones y reciben premios.
Los organizadores coinciden en que es pronto para evaluar el impacto de estas jornadas, pero sí reconocen que tiene un efecto expansivo ya que las chicas que asisten también lo comentan con el resto de compañeras de clase. “Es una manera de que vean que las cosas pueden ser diferentes, cada año constatamos que las jóvenes siguen identificando estas carreras como muy masculinizadas”, explica Inma Pastor, directora del observatorio.
