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- 22 bolos en 30 días. ¿Es la primera vez que os pasa o ya os había pasado antes?
- No es la primera vez. Desde hace ya tres años tenemos la suerte de estar actuando casi los 90 días que dura el verano encima de los escenarios. Para nosotros es una suerte poder compartir con el público aquello que nos gusta.
- ¿Esperabais cuando nació el grupo que algún día os pasaría esto?
- La verdad es que no. Nacimos como un grupo que hacía versiones y tocaba los fines de semana y durante verano. Hoy en día, acostumbramos a cerrar la temporada con unos 150 o 160 bolos en el bolsillo y creo que este año van a ser los mismos a aún más. Desde 2010 hemos ido creciendo gracias a la gente que viene a vernos y gracias también a gente como The eagles o Pink Floyd. Sin ellos, esto hoy no sería posible.
- ¿Cómo lo afrontáis?
- Lo primero que te viene a la cabeza es miedo. Tener una banda no implica solo las dos horas que dura cada actuación. También hay un montaje, un desmontaje y unos ensayos que muchas veces desde fuera o desde el público no se ven. Tenemos muy claro pero que somos profesionales y tenemos que ofrecer un buen producto a los que nos vienen a ver. Por eso, intentamos descansar lo máximo posible. Trabajando todas las noches, la siesta es nuestro momento sagrado del día y ya a partir de las seis nos ponemos a trabajar.
- ¿El mes de agosto se presenta más o menos igual?
- Vamos a tener todavía más actuaciones. Podemos estar orgulloso que desde que terminó la temporada no hemos parado la máquina. Incluso durante los meses de noviembre y diciembre, en los que no hay prácticamente turismo, hemos tenido actuaciones. Este periodo vamos a tener días en los que no solo vamos a tener conciertos sino que vamos a tener doblete o hasta triplete.
- Siendo el momento de más faena de año, ¿cómo es vuestro día a día?
- Dedicamos todos los días a preparar nuestras actuaciones. Esto incluye desde un repaso de repertorio, pasando retocar cosas de un directo y analizar nuevos temas que queremos incluir en los bolos. A pesar de la faena, intentamos descansar tanto como se pueda para poder hacer las cosas con más energía.
- ¿Siendo un grupo de versiones, influye la llegada más turismo?
- El turismo representa un porcentaje importante del público que encontramos en los lugares donde actuamos. El verano y la llegada del turismo implican que las salas de concierto opten por la programación de grupos de música en directo. Además, a los que vienen de fuera, más que los de aquí, les gustan mucho las versiones de temas que han pasado a la historia. Esto es lo que nos permite entrar juego. Todo el mundo conoce los temas que sonaban en los 70 y los 80 de modo que lo que hacemos no necesita presentación.
- Decís que la fórmula de vuestro éxito se encuentra en los directos, ¿cómo los preparáis?
- Los directos son una cosa que sale sola. Partimos de la base de que queremos llevar los temas que interpretamos a nuestro territorio, al fin y al cabo de eso se trata el mundo de los covers. Nuestro objetivo es que haya correspondencia entre el grupo y público, que nos lo pasemos bien los de arriba y se lo pasen bien los de abajo. Que el feedback sea lo que nos caracterice.
- ¿Qué tienen los clásicos que aunque pasen los años siguen gustando y siguen siendo temas de referencia?
- Los clásicos siempre funcionan. No sé el porqué, es un gran misterio. Los temas de los 70 y los 80 funcionan más que los temas propios. Me gustaría que fuera al revés pero alguna vez hemos intentado introducir canciones de producción propia y hemos acabado volviendo al método de siempre. El Smoke on the water de Deep Purple se lo sabe todo el mundo y no hay nada que hacer.
- ¿Si tuvieras que escoger un mito de la historia del rock, con quien te quedarías?
- Hombre… Elvis Presley ha hecho mucho daño pero hay muchos grandes antes de él que revolucionaron el mundo del rock. Después de él también hay otros nombres como el de Jimmy Hendrix o Led Zeppelin que tampoco se pueden olvidar.
- ¿Por lo tanto qué es para ti el rock?
-Es una adicción, sin duda. Además como decimos en U*ROCK, el rock tiene que doler y tiene que doler.
