José Miguel Vázquez: 'En este país no hay cultura de música en vivo'

- ¿Cómo decide empezar con la música?

- Tengo 46 años y empecé con la música a los 16, hace como treinta años. Yo era monitor de temps lliure y me llamaron para tocar con el grupo que hoy es Sal150, empezamos en Bonavista. Después en los 90 formé parte de un grupo de pop-rock, que fuimos a Telecinco en un concurso que había. Se han ido haciendo cosas hasta que en el 1997 decido grabar una maqueta como cantautor para lo que yo llamo a Jomiv, que cuenta con una banda de músicos sobresalientes de Tarragona. Montamos por primera vez lo que es que mi proyecto personal que se atasca en el 99.

- ¿Qué pasa en el 99?

- En el 99 soy papá y la música se para para mí como ocho años. En 2008 nos animamos a hacer música con unos amigos y es donde empieza En el Surco. Es el retomar de nuevo con la música y ahí es donde yo intervengo como compositor pero además como miembro activo y cantante. Es un proyecto coral con tres cantantes, un guitarrista y se trabajan músicas de pop famosas, versiones internacionales y nacionales. Estamos trabajando cada semana en dos sitios fijos y se va alternando con otros lugares.

- El momento fuerte es en verano.

- Mi música como compositor no es lo que se demanda en esta época del año sino que se piden cosas que la gente conozca. Las apuestas personales se utilizan más en otoño o invierno cuando se ve la música de otra manera. Ahora estamos haciendo el 80% del programa con versiones y el 20% de temas propios. Nombres como Triana, Leonard Cohen, David Bowie, Queen… Todo tipo de canciones populares para que todo el mundo reciba todo el mensaje musical.

- Se dedica exclusivamente a la música.

- Desde principios de este año estoy exclusivamente por la música y por eso formo parte de tres grupos. Me implicar a fondo, no de pasada.

- Quizás no era pues el momento más idóneo para tomar esta decisión.

- Lo que yo he hecho es ir un poco con el paso cambiado. Me he equivocado de espacio, de tiempo, de lugar… pero yo y la gente que estamos en este entorno de los barrios somos muy locos por la música. Intento que mi manera de expresarme y de funcionar gire todo entorno la música.

- Detrás de esto hay una motivación.

- Me motiva especialmente el proyecto con The funkeys que son la generación que nos relieva en los barrios. Son veinteañeros que están muy por la música y la viven intensamente.

- El intercambio generacional está asegurado.

- Está bastante asegurado porque ya antes de ellos, estamos hablando de dos o tres generaciones, hay grupos que están haciendo cosas chulísimas. Salen y lo hacen con personalidad, no como nosotros que no teníamos los medios ni la formación.

- ¿Es gracias al público?

- En estos momentos el movimiento es un poco deficitario. Tarragona en los últimos años ha hecho una involución grande en el tema cultural. La coyuntura musical en esta ciudad ha ido a la baja de manera grande. A pasado lo contrario en Reus, todo eso se ha desplazado allí. Si ya tradicionalmente no habido cultura de conciertos ahora es todavía más difícil. Somos los vecinos que no queremos que haya ruido en la calle. A pesar de eso, sigue habiendo un feedback cuando vamos a tocar, sino no lo haríamos. Ese punto de magia.

- Entonces, ¿diría que falta cultura de noche?

- Cultura de noche la hay. En todas partes hay gente tomando copas y se abren locales nuevos. Vamos a tocar a hoteles y tocamos para mucha gente pero cuando estamos en la última canción el local ‘se peta’ porque hay un dj que va a empezar a pinchar. En este país no ha habido nunca cultura de música en vivo.

- ¿Cómo ve el futuro?

- En tiempos de crisis en los países latinos la cultura explota. Cuando hay una falta de recursos la gente le pone imaginación e inventa. Creo que estamos en ese punto, lo que pasa es que nos cuesta un poco más. Por la parte que nos toca a nosotros quiero reivindicar el poder que existe en los Barris de Ponent. Siempre ha sido una especie de cantera de donde salen musicazos donde no me incluyo. Muchos músicos de fuera que tienen proyectos serios recurren a Torreforta o Bonavista para tirar adelante su trabajo.