La intimidad de David Bowie

Una exposición en Barcelona recorre la historia y los procesos creativos del artista británico a través de 300 objetos

31 mayo 2017 15:43 | Actualizado a 24 noviembre 2017 19:59
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David Bowie demostró que podemos ser quienes queramos. En la década de los setenta apoyó el individualismo y la libertad sexual y durante seis décadas sorprendió, emocionó y deleitó al público con un sonido, una imagen y una personalidad incomparables. Su obra sigue inspirando a músicos, diseñadores e infinidad de seguidores. Cuando falleció, el 10 de enero de 2016, hasta el primer ministro británico, el gobierno alemán, el presidente de Estados Unidos y el Vaticano se sumaron a la ristra de homenajes que el polifacético artista recibió en todo el mundo. 

El Museu del Disseny de Barcelona acoge hasta el 25 de setiembre una exposición que narra su historia a través de más de 300 objetos, entre manuscritos de canciones, trajes originales, artículos de moda, fotografías, películas, vídeos musicales, escenografías, instrumentos y portadas de álbumes. David Bowie es una producción del Victoria & Albert Museum de Londres, donde se inauguró en 2013. Desde entonces ha sido vista por un millón y medio de personas en las nueve ciudades en la que se ha expuesto, en países como Canadá, Australia, Brasil o Japón.

El enfoque principal de esta retrospectiva reside en la diversidad de la obra de Bowie y en la estrecha interacción de diversas disciplinas y modos de expresión. Revela el abanico de influencias del genio inglés y explora sus procesos creativos y su peso en nuestra sociedad. 

Su música e individualismo radical no sólo fueron influenciados por diversos movimientos artísticos, de la moda, el diseño y la cultura contemporánea, sino que Bowie dejó su propia impronta en ellos. Fue una estrella famosa, pero también un pionero vanguardista. Un transgresor adelantado a su tiempo.

En la exposición se pueden contemplar más de sesenta atuendos usados por Bowie en conciertos, como los monos de Ziggy Stardust (1972), diseñados por Freddie Buretti; las extravagantes creaciones de Kansai Yamamoto para la gira Aladdin Sane (1973); y el abrigo con la bandera británica diseñado por Bowie y Alexander McQueen para la portada del álbum Earthling (1997).

También se exhiben fotografías de Brian Duffy, Terry O’Neill y Masayoshi Sukita; ilustraciones para portadas de discos hechas por Guy Peellaert y Edward Bell; pruebas de diseño de Barnbrook para su álbum The Next Day (2013); o fragmentos de películas como El hombre que cayó a la Tierra (1976) o Saturday Night Live (1979).

Incluye atuendos, manusctritos o fragmentos de películas

La muestra es una experiencia audiovisual completa gracias al uso de la tecnología multimedia. Como estar en un recital de Bowie. Esta inmersión es posible a través de vídeos musicales como Boys Keep Swinging (1979) y Let’s Dance (1983), actuaciones musicales en directo y diseños de escenografía creados para la gira de Diamond Dogs (1974).

Dispone, además, de numerosos objetos personales del artista hasta ahora nunca expuestos: storyboards, repertorios de conciertos y letras de canciones manuscritas, así como algunos de los propios bocetos, partituras y textos que revelan la evolución de sus ideas creativas.

La exposición se complementa con un programa de actividades paralelo. La orquesta OBC interpretará en versión sinfónica el último disco del cantante, Blackstar, el 13 de julio en el Auditori, y habrá debates para profundizar en la personalidad camaleónica del artista.

Bowie actuó cuatro veces en Barcelona.

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