Las chicas no tienen pelos y otras mentiras que nos creímos

Depilarse, hacer dieta, maquillarse, teñirse... ¿Son de verdad decisiones voluntarias? La ilustradora Rocío Salazar cree que no y recurre al humor para explicarlo

19 mayo 2017 16:44 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:45
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Todo comenzó con los pelos. La ilustradora sevillana Rocío Salazar, apremiada por el calor, decidió un buen día de primavera salir a la calle en pantalón corto y tomó una pequeña determinación que al final resultó de lo más importante: no depilarse esos pelos que asomaban por sus piernas. «De repente vi claro que llevaba toda la vida depilándome forzada y a mí los pelos no me parecían tan horribles».

Rocío estudió Bellas Artes y hasta entonces su sueño era dedicarse a la ilustración infantil, pero después del episodio del pantalón comenzó una serie de ilustraciones ‘propelos’ que corrieron como la pólvora por las redes sociales». Mucha gente compartió las viñetas y hubo reacciones de todo tipo, desde gente que se sintió identificada, hasta quien la llamó ‘guarra’.

Y fue comenzar con los pelos y empezar a ver otro montón de rituales que siguen las mujeres para cumplir con lo que se espera de ellas: «Las mujeres tenemos que levantarnos 20 ó 30 minutos antes cada mañana para peinarnos, maquillarnos, cambiar de modelito cada día... Y tenemos además que llevar las cejas depiladas, las canas teñidas y, por supuesto, estar delgadas pero con las tetas gordas, algo de lo más improbable... Un montón de cosas sólo para llegar al mínimo y que minan la autoestima».

Compendio de mentiras

Fue entonces cuando Rocío, quien además ahora estudia Medicina, decidió compilar todas aquellas ideas en un libro ilustrado, Mentiras para ser una mujer de verdad, Manual para principiantes (Lunwerg Editores). Una reflexión irónica y divertida sobre los convencionalismos y la imagen de mujer perfecta que nos intentan vender.

Para hacerse una idea basta con enumerar algunas de las mentiras recogidas en el libro: «Las chicas no tenemos pelos», «Las mujeres somos delgadas, pero gordas de tetas», «La regla no existe, es un efecto óptico», «Si salimos sin arreglarnos morimos», «Tener complejos es muy femenino» o «Las chicas buenas no envejecen».

Cuenta Rocío que este libro le ha servido para poder tomar otras decisiones con más libertad, como decir que no se maquilla porque no quiere, sin excusas como supuestas alergias o ver qué hace con las canas que comienzan a asomar en su cabeza y para las cuales ya le han recomendado infinidad de tintes.

Recuerda que tanto en la depilación como en muchas de estas otras mentiras hay un negocio enorme detrás y mucha publicidad para recordárnoslo. «Alguien se está forrando con nuestros complejos», resume.

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