Las primeras bebés probeta, unidas por la ciencia y por un premio

"Llevo con orgullo ser un hito médico", dice la española Victoria Anna Perea, que se reúne en Barcelona con Loise Brown

19 mayo 2017 16:20 | Actualizado a 24 diciembre 2019 23:11
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 Louise Brown nació en 1978 en Oldham (Inglaterra). Victoria Anna Perea es española y vino al mundo en 1984, hace 32 años, en Barcelona. Aunque viven a miles de kilómetros de distancia y nunca se habían encontrado hasta este jueves, sienten que son como de la familia. Algo les une. No es el parentesco, ni algún antepasado lejano, es la incidencia de la ciencia en sus vidas. Brown fue la primera bebé probeta del mundo, mientras que Perea ostenta el título de primera española nacida por la fecundación in vitro. Han pasado ya más de tres décadas desde que ocurrió en España y ambas recibieron este jueves el premio Fundación Dexeus Salud de la Mujer, que este año llega a su XIII edición.

Reconocen que el título abruma, aunque con los años ya se han acostumbrado. Eso sí, se consideran "famosas anónimas", pues admiten que llevan una corona de por vida y no han hecho ningún mérito para ganársela, ya que en realidad ellas son la consecuencia de un logro científico que ha permitido a miles de mujeres quedarse embarazadas cuando en otros tiempos y en otras circunstancias hubiera sido imposible. En el caso de Perea, su madre tenía un problema en las trompas de Falopio, que le impedía quedarse encinta de forma natural. Además, previamente ya había perdido un hijo al final del embarazo, así que decidió acudir a la ciencia. El resultado fue Victoria Anna, un hito médico en la España de los años ochenta, que empezaba a universalizar la sanidad pública. Si su segundo nombre es Anna es porque así se llama la investigadora Anna Veiga, que junto al ginecólogo Pedro Barri, formaron parte del equipo que hizo posible que por primera vez en España naciera un bebé probeta, un calificativo que "cansa" a las protagonistas, pero que portan con la cabeza muy alta. "Llevo con mucho orgullo ser un hito médico", afirma Victoria Anna. "Con los años he entendido mejor lo que represento. Es toda una satisfacción", asevera.

Ellas fueron las primeras, pero ahora el panorama es muy distinto, hasta el punto que una mujer de 64 años puede dar a luz a gemelos en un hospital español. "La noticia no es que una mujer de 64 años dé a luz [a gemelos tras una fecundación in vitro]. La noticia es que esa mujer haya sido tratada por un médico para ser madre a esa edad y encima se celebre como un logro. Es indignante", sostuvo este jueves la doctora Anna Veiga, referente de la materia en nuestro país y unida sentimentalmente para siempre con Victoria Anna. Un informe del centro Salud de la Mujer Dexeus subraya, en cualquier caso, el cambio radical que ha experimentado el perfil de las pacientes de reproducción asistida a causa del retraso de la maternidad y los cambios sociales. Así, más de la mitad de las mujeres que recurren a la reproducción asistida supera hoy los 40 años.

"Al inicio de estas técnicas, la paciente que acudía a nuestro centro era una mujer de unos 30 años de edad, con pareja, que recurría a la reproducción asistida para solucionar un problema de fertilidad provocado, principalmente, por una obstrucción de las trompas de Falopio", señala el especialista Pedro Barri. Esta era la causa en más de un 50% de los casos. Sin embargo, de 1995 al 2016, la edad media de las pacientes que solicitan tratamientos de reproducción asistida ha pasado de 35 a 39 años, y mientras que en 1995 las pacientes mayores de 40 años eran un 11% del total, en el 2016 ya son más de la mitad (50,6%).

 

 

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