Las sandalias con calcetines no son un despropósito (y otras cosas que deberías saber del calzado de verano)

Las sandalias que no están sujetas hacen que se agarroten los dedos; los zapatos de un año pueden hacerle daño al siguiente; las chanclas no son para andar... Y otras verdades que debe saber si quiere destapar sus pies sin sufrir

10 junio 2017 09:28 | Actualizado a 11 junio 2017 14:20
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Puede que usar sandalias con calcetines no entre dentro de su ideal de glamour, pero sepa que, primero, no es algo nuevo (unas excavaciones realizadas en el Reino Unido demostraron que los romanos ya llevaban medias con estas prendas) y, segundo, no es incorrecto.

Así lo cuenta Marisa Adan, delegada en Tarragona del Col·legi Oficial de Podòlegs de Catalunya, quien explica que las sandalias con calcetines son una fórmula válida para evitar rozaduras, especialmente en estos primeros días de dejar atrás los zapatos cerrados.

Sujeción: deben estar sujetas, especialmente al talón, y respetar la anatomía del piel.

Lo cuenta uno de esos días en que apenas puede parar entre un paciente y otro, porque esta es una de esas épocas del año en que todo el mundo se acuerda del podólogo, especialmente porque toca enseñar los pies.

Pero como usar calcetines con medias puede que no sea la fórmula más satisfactoria, Adan da algunas claves para acertar con el calzado de verano

Las que no llevan sujeción causan agarrotamiento de los tendones 

Lo primero es saber que le puede pasar a cualquiera, que  el calzado de un año puede que no sirva al año siguiente. Las pieles se pueden acartonar, salen arrugas y los materiales se deterioran. Además, el propio pie puede haber cambiado de un año a otro. 

Adiós a las suelas finas

A la hora de comprar, la podóloga apunta varias recomendaciones. Una de las primeras cosas a mirar es la suela, debe ser de un material flexible y aislante, como el caucho. Además, nada de sandalias tan planas y finas que dejen el pie a ras de suelo y permitan pasar todo el calor. Recuerda Adan que el calzado de verano debe respetar, igual que el resto, la proporción de dos centímetros de diferencia entre el tacón y la parte delantera.

Suela: Debe ser de un material aislante y flexible. La parte posterior debe  guardar dos centímetros de diferencia con la anterior.

Cuando se trata de sandalias de tacón, insiste en que no son indicadas más que para contadas ocasiones y para momentos en que no hay que caminar demasiado. Si aun así se insiste en usarlas, lo ideal es que no superen los cuatro centímetros de desnivel.

Sobre el modelo, es importante optar por uno que quede lo más sujeto posible al pie, especialmente en el tobillo, y que respete la anatomía. Por ejemplo, las sandalias tipo chancla obligan a sujetar el calzado con los dedos, a encogerlos; es una ‘raptación’, explica la podóloga, que agarrota los tendones y provoca dolor en la parte delantera de las plantas de los pies.
También es importante prestar atención a los materiales. Los que están en contacto con la piel deberían ser materiales nobles, como las pieles, la tela (de algodón) o el esparto. 

Materiales: Los que están en contacto con la piel deben ser materiales nobles como pieles, tela (algodón) o esparto.

Por último, Adan asegura que es cuestión de elegir bien, pues la oferta de calzado es amplísima y existe una casi para cada momento del día.

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