Las sofisticadas acrobacias que se estudian en las escuelas de negocios

Cirque du Soleil llegó a PortAventura en verano de 2014 con 65 camiones y cerca de 160 artistas. Montó una gran carpa blanca con capacidad para casi 2.500 espectadores y un pequeño pueblo entre bambalinas. Acróbatas, funambulistas y payasos comían juntos, veían la televisión y compartían hasta una enorme lavadora. Como en cualquier circo tradicional, funciona como una gran familia cuando está de gira. Pero su modelo es más innovador. Ha roto con los convencionalismos, hasta el punto de que ha llegado a los temarios de las escuelas de negocios.

Su sede internacional, en Montreal, cuenta con casi 400 artesanos y especialistas en diferentes áreas que imaginan y le dan vida a los más de 25.000 elementos que forman parte de sus funciones. Cada espectáculo nace de la inspiración y las ideas de un equipo creativo base formado por un director creativo, un director-escritor, un coreógrafo y los diseñadores de vestuario, iluminación y escenografía.

Su núcleo creativo se concentra en atletas (algunos exolímpicos), acróbatas y artistas que se encuentran en el momento álgido de su genialidad artística. Hombres y mujeres que se guían por un afán de superación constante. «Cada artista es parte integral de la originalidad de nuestras producciones. La contribución de cada uno de ellos es esencial para el éxito de toda la troupe», asegura la compañía canadiense.

En cada espectáculo participan entre 50 y 100 artistas. Un 35% de ellos ha desarrollado su carrera en disciplinas deportivas como la gimnasia acrobática, rítmica o artística. Un 34% proviene de disciplinas de artes circenses y otro 31% de la danza, la música (instrumentistas y cantantes), la expresión corporal y el arte urbano.

Cirque du Soleil volverá este verano a PortAventura, del 6 de julio al 13 de agosto, con el espectáculo Varekai.