Legado romano en Cambrils

Las visitas guiadas en la Vil·la romana de la Llosa de Cambrils nos permiten descubrir el patrimonio histórico de la ciudad, cómo vivían los romanos y cuál fue la herencia que nos dejaron

19 mayo 2017 22:13 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:44
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¿Los romanos vivían sin techo? ¿Y qué hacían cuando llovía? Así de geniales son los niños. Esto es lo que se preguntaron los pequeños de la escuela de verano del Club de judo Dojo al ver los restos de la Vil·la romana de la Llosa de Cambrils, y es que no es fácil imaginar dónde y cómo vivían los romanos. Se trata de un asentamiento agrícola romano con vida desde el siglo I a.C hasta el siglo VI d.C, unos 500 años en que la vil·la se va trasformando.

Los restos romanos de la Llosa se encontraron durante las obras de urbanización del polígono de Cambrils en el año 1980. Se encuentra al lado del barranco de la Mare de Déu del Camí, casi a la altura de su desembocadura en el Mediterráneo. Hace 18 años que se llevan a cabo excavaciones en el yacimiento, sobre todo en verano, pero por ahora, los trabajos arqueológicos están parados por falta de presupuesto.

Por el momento se han encontrado los restos de la pars urbana de la vil·la, es decir, una residencia, unas termas y una pequeña necrópolis. También han salido a la luz los de la pars rústica, una zona de almacenes y silos de grano donde debía estar el ganado y los cultivos de viña u olivos. En época romana la vil·la se encontraba cercana a la Via Augusta. La vía pasaba por Tarraco, capital de la provincia de la Hispania Citerior, así pues podían abastecer a la gran ciudad de provisiones.

El hallazgo de diferentes piezas de bronce en 1992, permitió determinar que los restos de la residencia eran de una familia de alto nivel social y puso de relieve la importancia de las excavaciones realizadas en el yacimiento de la Llosa. Ahora todos estos elementos se encuentran expuestos en el Museu d’Història de Cambrils.

 

Objetos de valor histórico

De entre las piezas encontradas destacan las que formaron parte del triclini, es decir, el comedor. Dos de los elementos son para la iluminación del aposento: un candelabro con una lucerna en la parte superior y otra lámpara más pequeña con la forma de la escultura de un chico. Según Mónica, la guía de la visita, esta segunda lámpara representa a Baco, el dios del vino romano. Sólo hay otros tres ejemplares como éste en todo el mundo. Está rodeado por la planta de alacant, de donde colgaban otras pequeñas lucernas para iluminar la estancia. A diferencia de la otra lámpara, ésta servía para iluminar la zona de los lectus, los divanes que los romanos usaban para recostarse y comer. También se ha encontrado un cazo-colador, una pátera decorada y finalmente dos soportes para recipientes.

A lo largo de estos seis siglos de ocupación de la vil·la, hubo muchos cambios y transformaciones. En el siglo III d.C parte de la zona residencial pasó a ser una necrópolis. De hecho se han encontrado diferentes objetos personales como una hebilla, un brazalete, un anillo, un collar y unos pendientes. Un depósito es otro de los elementos que nos llama la atención por sus grandes dimensiones. Con la ocupación de la vil·la fue arrancado y desplazado de su posición original.

Otro de los espacios que llamó más la atención de los niños fueron las termas romanas. ¿Cómo hacían el agua tibia? ¿Mezclaban la fría con la caliente? Los romanos tenían baños con agua fría, tibia y caliente. El sistema de calentamiento, no obstante, era más sofisticado que una simple mezcla. Para calentar las habitaciones se construía un hipocausto, un sistema de calefacción en el suelo, junto a un pavimento suspendido soportado por columnas y una cámara de aire en las paredes. Con el horno se calentaba la zona del hipocausto y también así calentaban el agua.

 

Una App para recrear la vil·la

Durante la visita, las imágenes en formato papel con la recreación virtual de la vil·la que enseñaba Mónica ayudaban a imaginar cómo debía ser el asentamiento agrícola en la época. La creación de una aplicación móvil para superponer la realidad actual con la de hace 2.000 años está en proceso. Dese el Museu d’història de Cambrils están trabajando para poder ofrecer esta herramienta que pretende facilitar el conocimiento para los que no son profesionales del sector.

Por el momento las excavaciones estan paradas por falta de presupuesto. El último hallazgo que se hizo fue el de otra casa en la parte trasera del yacimiento. Los arqueólogos creen que se podría tratar de la casa de los esclavos de la villa.

Del 1 de julio al 31 de agosto, de martes a sábado se puede visitar el yacimiento arqueológico de 11 a 14h y de 17 a 20h, donde se ofrecen visitas guiadas en castellano y en catalán. Los domingos y los festivos se puede visitar de 11 a 14h. La entrada al yacimiento tiene un coste de 1,50€. Los estudiantes y jubilados cuentan con un pequeño descuento, su entrada es de 0,75€.

Un banco de tres pisos situado en medio del recinto donde se encuentra el yacimiento fue el premio que tuvieron los niños después de la visita. Un recorrido por la historia que tampoco huye del sol.

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