Los estrenos de la semana en Tarragona: 'Kong: la isla calavera', el retorno del rey

El filme, ambientado en 1973 coincidiendo con el final de la Guerra del Vietnam, ofrece abundante acción. Dos horas de brutal entretenimiento entre monstruos antediluvianos

19 mayo 2017 16:05 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:11
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Desde que en 1933 se estrenara el primer King Kong cinematográfico (o sea, hace 84 años) , varias han sido las readaptaciones, ‘reboots’, versiones o continuaciones que el simio más grandes del celuloide ha tenido en la gran pantalla. Y digo el más grande y no el más recordado porque ahí entraría en disputa con la Chita de Tarzán.

Seguramente, algo parecido con lo ocurrido con Godzilla, King Kong es un reclamo excelente para los actuales creadores de efectos especiales. Se acabaron los animatronics que en los años 70 especialmente se hacían servir para recrear a la bestia de la selva. Ahora casi todo es digital (que se lo preguntan si no a Jurassic World), lo que permite mayores posibilidades a la hora de hacer creíbles lo guiones en este tipo de películas. Sin embargo, de aquella película del 33 (un clásico del cine, por cierto) siguen manteniéndose elementos tan originales como el lugar de procedencia del monstruo (una isla), la adoración hacia él por parte de tribus ancestrales y la fémina en manos de Kong.

Una curiosidad de hace 84 años, de aquel King Kong se hicieron 27 réplicas de aluminio y piel de cordero. La película costó una pasta para la época: 600.000 dólares.

La película de 2017 ha tenido un presupuesto de unos 200 millones de dólares y cuenta con el protagonismo de Tom Hiddleston (el Loki de Thor) y de Brie Larson (la nueva Capitana Marvel), además de las actuaciones de secundarios de la talla de John Goodman y Samuel L. Jackson.

Kong: la isla calavera imagina los orígenes de uno de los mayores mitos del séptimo arte, esta vez con una historia ambientada en 1973, tras el final de la Guerra de Vietnam, en la que un grupo de científicos, soldados y exploradores se adentran en una isla inexplorada del Pacífico, en cuyas proximidades han desaparecido barcos y aviones sin dejar rastro.

En un ambiente completamente diferente a todo lo que conocen, este equipo se adentra a los dominios de Kong y se convierten en protagonistas de una gran batalla entre el hombre y la naturaleza.

Este King Kong, con un tamaño ciertamente desmesurado que recuerda al de Godzilla en muchos aspectos y a los que veremos enfrentarse en la gran pantalla en 2020, poco tiene que ver con el de Peter Jackson de 2005 o el de John Guillermin de 1976.

El King Kong de 2017 es una demostración de fuerza bruta en una película de puro entretenimiento, espectacular y donde el tiempo pasa volando. Son dos horas de aventura y escapismo. Pero este no es el simio clásico, no sale Fay Wray ni el Empire State. Este King Kong es puro rock’n’roll.

La idea de meter a King Kong en una selva similar a la de Apocalypse Now y mezclarlo con bichos antediluvianos es original. Sólo los litros de napalm usados en Vietnam nos hacen pensar que esto huele un poco a chamusquina. El rey Kong ha vuelto... viva el rey (King).

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