Miquel Planas: 'A partir de los paisajes se aprenden costumbres sociales'

- ¿Cómo se describe a sí mismo?

-Pregunta difícil, pero soy un artista. Una persona a la que le interesa y se preocupa por su faena. Utilizo la escultura y los dibujos para expresarme y exteriorizar sentimientos y necesidades varias. Además, el arte siempre ha vivido conmigo, por decirlo de alguna manera, porque desde pequeño asistía a muchas exposiciones y en la facultad fue cuando me decanté por la escultura.

-También es profesor, ¿cómo lo combina con su trabajo artístico?

-Lo cierto es que muy bien. Ser profesor es un trabajo muy gratificante porque te permite transmitir todo lo que has aprendido en los años que llevas en la profesión. Además, te encuentras con gente muy joven que tiene intereses artísticos parecidos a los tuyos. Al tener conexiones en común, la relación con los alumnos no es solo plenamente docente, sino también de una cierta amistad.

-Trabaja con diferentes disciplinas artísticas, ¿con cuáles?

-Fundamentalmente, he realizado escultura y dibujo; aunque también he tocado la fotografía. El dibujo es un arte mucho más cómodo que los demás por su gran variedad de soportes y por su rapidez de creación. En cambio, la escultura podríamos decir que es donde finaliza un proyecto; es más definitiva. Además, no nos permite realizar todo aquello que queramos por sus problemáticas físicas; así que hay ideas que no se pueden transmitir, cosa que no ocurre con el dibujo.

-¿Qué tipo de obras lleva a cabo?

-Actualmente, las creaciones sobre paisajes son mi predilección. El paisaje es un tema que siempre me ha interesado y, desde hace algunos años, trabajo con este. Siempre utilizo imágenes aéreas para realizar mis obras y, a partir de ahí, las convierto en abstractas para poder plasmarlas en diferentes soportes. Además, una de las razones para trabajar con estos es que a partir de los paisajes se aprenden costumbres sociales. Esto me lo enseñó mi estada en China, donde justamente realicé gran parte de las más de ochenta obras de la exposición de El Vendrell.

-¿Es la primera vez que expone sus creaciones en Tarragona?

-De manera individual, sí. Pero ya había expuesto en la provincia, aunque de manera colectiva junto a otros treinta artistas, para un congreso.

-¿Qué tienen en común las creaciones que podremos ver?

-Todas tienen paisajes representados, aunque cada persona los percibe de diferente modo. Es decir, no se tratan de productos en los que todo el mundo verá lo mismo, sino que cada uno lo interpretará a su manera. Aunque sí es cierto que todas tiene un nexo de unión: los grafismos, que son una especie de líneas de los paisajes que se sobreponen y construyen diferentes formas tipográficas. Además, es un trabajo monocromático de negro sobre blanco.

-¿Qué mensaje quiere transmitir con la exposición?

-Creo que es una exposición para que la gente entienda que no es tanto lo que se dice, sino la manera de hacerlo. No son unas piezas evidentes y claras la primera vez que se bservan, sino que son complejas para que los asistentes las vayan descubriendo poco a poco. En realidad, se basa en querer que el espectador aprenda y descubra cosas nuevas con estas piezas. Lo bonito de una obra de arte es que no quede rota, sino que cada día vayas aprendiendo algo diferente. Es como una puesta de sol: a diario se pone el sol, pero es diferente gracias al entorno. Esto es un poco lo que propongo al espectador. Disfrutar y percibir una cosa distinta cada vez que se vea una de mis obras.